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Sergi Picazo y Roger Palà: «El cuarto poder está muerto y enterrado»


Roger Palà y Sergi Picazo. Somos coordinadores del Anuari Mèdia.cat, els silencis mediàtics, que actualmente está en fase de financiación a través de crowfunding. El Anuari de 2014 presentará quince reportajes en profundidad sobre temas que durante el 2013 no han sido portada en ningún medio de comunicación.

-Este año publicáis la cuarta edición del Anuari Media.cat. ¿Cómo empezastéis con este proyecto?
RP:
El Anuari es un proyecto del Grup de Periodistes Ramon Barnils, que agrupa un centenar periodistas de diferentes características pero que nos úne la inquietud de hacer un periodismo riguroso y de calidad. Media.cat dentro del Grup Barnils nació como un observatorio de medios de comunicación desde 2009. Con el tiempo hemos consolidado este proyecto y en un momento dado nos planteamos hacer bien eso que decimos que hacen mal algunos medios. Así nace el Anuari, que es un producto periodístico en 15 reportajes.

Teniáis un modelo en el cual inspiraros?
RP: En los años setenta nació la iniciativa Project Censored en la Universidad de Sonoma que monitorizaba los temas más silenciados por los medios de comunicación norteamericanos. Hemos intentando adaptarlo a nuestra realidad con mucha humildad. No nos cansamos de decir que el Anuari no es un ataque frontal a los medios de comunicación porque pensemos que censuren temas y lo hagan fatal.

Pero hay cosas que no os gustan de los medios…
SP: Sí, no podemos decir que exista la censura como se entendía en la dictadura. No obstante, vemos que existe una censura blanda en los medios de comunicación. No lo estudiamos ni lo decimos nosotros. Por ejemplo ya se ha estudiado desde que Noam Chomsky y Edward S. Herman publicaron Los Guardianes de la Libertad. Cada hecho para convertirse en noticia debe superar unos determinados filtros: que no ataque a la propiedad del medio, que no ataque a los anunciantes, que no pueda provocar una querella judicial o que no superar la propia ideología de los periodistas. En el caso de Catalunya, hay temas que por intereses políticios, económicos o sociales no llegan con la potencia o en el tamaño apropiado.

RP: Es malo para la democracia. Pero es cierto que en los medios de comunicación actuales hay un conjunto de cuestiones estructurales que facilitan que determinados temas queden al margen de la actualidad.

¿Qué cuestiones?
RP: Por ejemplo, la inmediatez de la información. Tenemos más información que nunca y más veloz que nunca. A la práctica, este volumen impresionante de noticias e información hace que para los medios sea muy difícil saber qué es lo que es realmente importante. Obviamente, debemos subrayar también la precariedad laboral en la que trabajan muchos periodistas actualmente. La crisis económica se ha llevado por delante muchas cosas y en las redacciones se trabaja con más precariedad. Tampoco queremos quitar la culpa a los periodistas. Cada uno tiene su responsabilidad individual con su trabajo. Lo cierto, no obstante, es que son factores que influyen. No podemos decir de forma simplista que el Poder no quiere que salgan determinados temas. Esto no siempre es así. Por ejemplo, siempre se dice que no salen temas relacionados con La Caixa y esto no es exactamente así. Sí que salen cuando se habló de las preferentes o las protestas que hubo delante de la sede en la avenida Diagonal.

SP: Sí que si echa en falta la capacidad crítica de la profesión en el momento de afrontar algunos temas. Debemos tener la capacidad de enfocar algunos temas desde la perspectiva crítica. Creo que no se hace suficientemente.

¿Y cuál es la capacidad crítica de los propios lectores ante determinados temas?
RP: Cada vez más lectores ávidos de temas y periodismo que tenga más intención crítica. Hay esa frase que dice “El Periodismo es aquello que alguien no quiere que se publique. El resto son relaciones públicas”. Hoy en día la gente busca noticias que no sean relaciones públicas y a veces los medios de comunicación son catálogos de relaciones públicas. Cuesta encontrar en los medios de comunicación catalanes reportajes en profundidad que analicen la gestión de las grandes empresas, ya sea Repsol, Gas Natural o La Caixa. La televisión pública, por ejemplo, debería profundizar más en estos tipos de contenidos. A veces, no obstante, se acaba diciendo que es porque no interesa. Pero a mí nadie me ha demostrado estadísticamente que el periodismo de investigación no interesa.

Entonces, ¿por qué se usa el argumento que no interesa?
RP: No interesa a los propietarios de los medios de comunicación básicamente porque un periodista que está cobrando un sueldo igual puede tocar las narices seguramente a los conocidos o amigos que juegan con estos propietarios en el club de paddle. Igualmente, quizás consideren que no es productivo pagar a alguien que durante quince días no publican nada porque están investigando un tema. Es más rentable tener monos de repetición.

¿La crisis en los medios ha acentuado estos problemas estructurales?
RP: En tiempos de bonanza económica, los medios no vivían del periodismo que compraba la gente. Vivían de los anunciantes y, en muchos casos, de las subvenciones. En el momento que la burbuja económico explota, nos encontramos que nuestros lectores ya no existen porque se han ido ya que no les interesa este periodismo de copiar notas de prensa. Antes, las ventas eran lo de menos pero ahora nos encontramos en una situación donde apelamos a la audiencia y ésta se está yendo. Analizamos entonces que es que, claro, la gente ahora lo lee todo de Internet… la autocrítica de los medios de comunicación es mínima.

SP: Recordemos el estudio del CIS que decía que periodistas y políticos eran las profesiones menos valoradas. En este sentido, deberíamos analizar igualmente la relación que existe respecto a la crisis política, democrática e institucional que vive nuestro país. Los medios de comunicación como institución política también sufren en este momento de crisis.

RP: El cuarto poder está muerto y enterrado.

SP: En la transición se estableció que el periodismo era una institución que se debía defender de la misma forma que se hizo con los partidos políticos. Hoy en día está en crisis.

¿El Anuari Media.cat es una forma de desenterrar este cuarto poder?
SP: No, el Anuari es un proyecto pequeño de periodismo, sin adjetivos. No quiere ser periodismo de denúncia ni periodismo salvador ni democrático. Simplemente queremos tocar unos temas que normalmente no aparecen en las páginas de los periódicos. Lo que más me interesa del Anuari no es el papel periodístico que pueda tener sino el rol de debate dentro y fuera de la profesión sobre el periodismo que existe en Catalunya. El título de Silencis mediàtics [silencios mediáticos] en el fondo es una provocación para fomentar el debate tanto entre los ciudadanos como entre los profesionales.

RP: Nosotros somos un síntoma de los males del periodismo y también de lo que vendrá.

¿Y qué vendrá?
RP: Creo que debe venir un cambio importante en el periodismo catalán y español. Viviremos cambios importantes porque los medios de comunicación tienen modelos obsoletos y, en contraste, empiezan a existir proyectos como LaDirecta, que ha dejado de ser un medio de comunicación alternativo a poner contra las cuerdas a un conseller de Interior. Hace cinco años hubiera sido imposible. En este sentido, las redes sociales amplifican este tipo de periodismo y son el caldo de cultivo de una audiencia más cultivada y crítica, que se interrelaciona. El periodismo de guerrilla lo tiene más fácil precisamente por este tipo de conexiones. Además, ahora mismo no son necesarias grandes infraestructuras.

¿Qué es necesario en este sentido? 
RP: Un equipo relativamente pequeño de periodistas puede hacer grandes proyectos y ser rentables económicamente. Los diarios son grandes estructuras que son difíciles de mantener.

La cuestión de la rentabilidad es importante. El Anuari tiene desde hace tres años una financiación a través de crowfunding y, además, recibís apoyo de diferentes universidades catalanas. ¿Este modelo es sostenible más allá de un anuario?
SP:
Lo que hacemos nosotros es minifundismo periodístico. Esto no es sostenible si quisieramos hacerlo no sólo una vez al año sino 365 días al año. Mi esperanza es que el futuro del periodismo no sea sólo a través de la prensa alternativa sino también a través de los grandes medios de comunicación. Nos gustaría que los grandes medios de comunicación también tuvieran su espacio en el futuro del periodismo. No queremos la destrucción de los grandes medios de comunicación. Lo que puede hacer un gran medio de comunicación enviando a un equipo de periodistas en un conflicto de un lugar remoto de África no lo puede hacer ningún pequeño medio. Por tanto, pensamos que el futuro está determinado por la adaptación de nuevos formatos, cambios económicos y nuevas relaciones con la audiencia.

En este sentido, ¿cuál es la respuesta de los grandes medios respecto al Anuari?
RP: Es una respuesta positiva. No ha sido agresivo ni mucho menos. Una de las cosas que nos sorprendió cuando empezamos es que los medios de comunicación más convencionales se hacían eco del proyecto y que algunos temas acababan saliendo en estos medios.

Por ejemplo, ¿qué temas han acabado saliendo?
SP: Por ejemplo, en el caso de temas como el asunto Urdangarín, los maltratos y condiciones humanas en los CIES [centros de internamiento para extranjeros], cuestiones relacionadas con algunas empresas o la situación de Ciutat Meridiana [barrio de Barcelona], que fue fuente de inspiración de uno de los programas de Salvados de Jordi Évole.

RP: Uno de los reportajes que publicamos fue el incremento de agresiones homófobas, posteriormente también fue un tema de portada en El Periódico de Catalunya.

SP: No es influencia nuestra. A veces simplemente es hacer de Pepito Grillo, para fomentar el debate entre los propios periodistas, que en muchos casos individualmente compran y son mecenas del Anuari. Por tanto, queremos ser un instrumento para los periodistas. Que vean que hay temas que no son alternativos sino que simplemente se puede animar a hacerlo. No queremos dar lecciones a los periodistas ni a los medios de comunicación. Hay extraordinarios reportajes de investigación en grandes periódicos, buenas exclusivas en las radios y grandes programas que únen periodismo y entretenimiento en las televisiones. Simplemente, como dice nuestro lema en el Verkami que hemos iniciado, “queremos poner nuestro granito de arena para llenar los huecos”. No hay un desierto y no venimos a salvar el periodismo. Se hacen muchas cosas bien y las que se hacen mal, intentamos estan presentes para reflexionar.

Roger Palà:  Jefe de redacción de la revista Enderrock. Escribe el blog Al darrera de la nevera y colabora como articulista en Nació Digital y la Directa. Ha publicado el libro Mots incendiaris, en el que recoge sus artículos más destacados. Miembro de la junta del Grupo Barnils y del consejo de redacción de Mèdia.cat

Sergi Picazo: Redactor de la sección de política de El Punt Avui. Es profesor asociado de Periodismo de Investigación en la Universitat Autònoma de Barcelona y miembro del colectivo Contrast. Ha participado en la elaboración de la serie de documentales Després de la Pau. Tiene un blog sobre periodismo: El Perseguidor.


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Miquel Pellicer

Periodista y antropólogo. Nacido el año en que murió Elvis. Educado en los medios de comunicación locales, es autor del blog MiquelPellicer.com. Actualmente, director de Comunicación Digital en la Universitat Oberta de Catalunya (UOC). Anteriormente, director de Innovación de Interprofit; director de Estrategia y Comunicación en Grupo Lavinia. Otras palabras clave de su currículum: FC Barcelona, Mundo Deportivo, Ayuntamiento de Barcelona, Enderrock, Transversal Web. Galardonado en los Premios Blocs Catalunya 2010 y miembro fundador del BCN MediaLab. Autor de los libros 'Optimismo para periodistas' y 'La Comunicación en la era Trump'.

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