Editor’s Choice #63
Para comprender una comunidad hay que fijarse en las geografías que la forman o la han formado con sus aciertos y desaciertos que durante un tiempo se han impregnado en las personas. En el artículo anterior hacíamos una recopilación de libros de fotografía documental que reflejaban los anhelos y costumbres de grupos de personas que, bajo su comunidad casi secreta, se sentían partícipes del conjunto. En este post, los cinco libros propuestos de fotografía documental nos traen los territorios donde viven o han vivido comunidades que han interiorizado esos cambios. Y para enterderlo hay que observar.
1.- Un espacio olvidado y casi decadente – Riu avall de Yosigo
Podría decir que casi descubrí la fotografía documental viendo las imágenes de Yosigo durante el Docfield2015. Este excelente certamen de fotografía que se celebra desde hace años en Barcelona (que al principio se llamaba Primavera Fotogràfica) organizado por la Photographic Social Vision, me mostró como la tendencia fotográfica japonesa de retratar espacios considerados no-sitios ya había llegado a Europa. Los no-sitios son territorios vacuos de sentido objetivo, tierra de nadie entre dos espacios. Un muro medio derribado, un camino, un suelo maltrecho y sucio, pero siempre con algun rastro de acción humana hecha en el pasado.
Yosigo (nombre artístico del diseñador y fotógrafo José Javier Serrano) salió de la ciudad de Barcelona buscando borrar los espacios turísticos masificados de la ciudad, llegó a la última parada de la linea roja, observó y vió un mundo paralelo alrededor del río Llobregat. Allí encontró historias de personajes que viven como en un purgatorio, a un paso de la gran ciudad pero alejados de los circuitos.
2.- 27 países con paisajes hilarantes y absurdos que forman un continente – Europa de Jordi Bernadó
Colegio de Arquitectos de Catalunya. Años 90. Jordi Bernadó es un joven estudiante de arquitectura que realiza unas prácticas en el Colegio de Arquitectos y alguien alza la voz pidiendo “¿¡Alguien que sepa hacer fotos!?“. Jordi se ofrece y ve despertarse en su interior algo que ya no le abandonará jamás: la pasión de fotografiar los espacios que otros construyen. Profesionalmente empieza a dedicarse a la fotografía de arquitectura por encargo: líneas, sombras y puntos de fuga. Algo muy monótono pero que le permite construirse un lenguaje propio y un nombre conocido: recibe encargos, los cobra y utiliza el dinero para hacer imágenes que no le ha pedido nadie, sólo su cabeza. Su libro ‘Good News, always read de fine print’ es un compendio de fotos de espacios de la geografía española que impactan en la retina por lo bizarro que puede llegar a ser el ser humano. En cambio, ‘Very Bad News’ afronta los espacios hiperconsumistas y masificados. Sus magníficas fotografías siempre han encontrado un público ávido de imágenes diferentes de lugares lejanos. Y sus numerosos libros así lo reflejan: Berlin, Atlanta, Instant China, Mallorca Boom, entre otros.
Bernadó se paseó por los 27 países que forman Europa (Actar/Fundación Santander2016) en busca de lo que no sale en los catálogos turísticos por decirlo de alguna manera. Confrontando las imágenes en el libro de dos territorios diferentes, se puede observar como busca comparar los países como si fueran solo uno. Como si nos diciera «esto que he encontrado en Lituania también aparece en Grecia, o este paisaje de Alemania es como el de Portugal«.
3.- Tres volúmenes de un territorio lleno de cicatrices – The Erasure Trilogy de Fazal Sheikh
Excelentemente editados, los tres volúmenes de The Erasure Trilogy más las notas de ‘Desert Bloom’ reflejan los trazos que quedan en un territorio después de que hayan sido arrasadas sus casas y los habitantes hayan tenido que dejar atrás sus vidas sedentarias para desplazarse. Fazal Sheikh consigue reflejar la angustia causada por la pérdida de memoria de un pueblo, en este caso el palestino, al quedarse sin sus casas y el deseo humano de preservar esa memoria.
En el primer volumen, Memory Trace, aparecen fotografías de espacios y paisajes devastados con fragmentos de edificios y habitáculos. El segundo volumen, Independence-Nakba, consiste en 66 dípticos, uno por cada año desde 1948 (año de la guerra árabo-israelí) que muestra retratos de árabes y israelitas, frontales y muy explicativos de lo que esconde cada rostro. En Desert Bloom (frase del fundador de Israel, David Ben-Gurion, cuando dijo que el desierto devía florecer con los asentamientos) vemos los trazos de los asentamientos de los beduinos que vivieron en el desierto de Negev durante generaciones. Se puede observar la demolición de pueblos con la erosión y transformación del paisaje que supone.
Las fotografías se realizaron entre octubre y noviembre de 2011 con una avioneta y la visión cenital de estos paisajes forma un lienzo de trazos que pervivirán en la memoria de este pueblo gracias a Fazal Sheikh.
4.- Fotografía documental de arquitectura – Angola cinemas (a fiction of freedom) de Walter Fernandes y Miguel Hurst
Hasta 1975, cuando consiguió su independencia, Angola fue una colonia portuguesa en la que floreció un estilo de arquitectura que mezclaba el movimiento moderno de Le Corbusier con las necesidades y una visión africana propia. Se le llamó Tropical Modern y dejó por todo el país edificios públicos y privados que reflejan ese estilo tan particular.
Walter Fernandes y Miguel Hurst han recogido en ‘Angola Cinemas‘ un conjunto de fotografías de cines desde el enclave de Cabinda hasta la ciudad sureña de Namibe. Repartidos por todo el país, durante los años 60, se construyeron hasta 50 cines que muestran el estilo Tropical Modern.
El libro ha sido impulsado por el Goethe Institut de Angola para promover la cultura de un estilo arquitectónico y, aunque muchos edificios se caigan a pedazos, es una magnífica recopilación de fotografía documental.
5.- Fotografía documental de un país – Vanished Spain de Carlos Saura
Cuando era joven, Carlos Saura quiso retratar unos paisajes y unas gentes que diferían de la imagen que el régimen dictatorial del General Franco quería mostrar al mundo. Saura se recorrió con un Seat 600 esos pueblos anclados en el siglo XIX con sus rencillas generadas por una guerra ‘incivil’. El cineasta reconoce que es «un fotógrafo casual que transita por la vida con su cámara, intentando capturar lo que le interesa como un bloc de notas».
Me gustaría agradecer el interés y las propuestas de Virginia de la librería Loring Art de Barcelona y Gisela de El Círculo del Arte para la confección de este post.