Editor’s Choice #39
En el post anterior, centramos nuestro objetivo en dirimir si el fotoperiodista debe realizar una fotografía, la puede mostrar al público y cuál es el uso que se debe hacer de esa imagen (Editor’s Choice #38). En esta segunda parte sobre el debate en el que se ha introducido el fotoperiodismo y todos sus profesionales, desde los fotógrafos hasta los editores gráficos y el público que observa el mundo a través de los ojos de los fotoperiodistas, entraremos en el terreno pantanoso del retoque y/o mejora de una imagen. Ese retoque, ¿influye en la idea de lo que muestra la imagen?. Y la saturación del color, ¿es una técnica fotográfica aceptada o es manipulación?
Desde que existe la fotografía, que nació como un sucedáneo de la pintura, se han modificado las imágenes para conseguir lo que se deseaba. ¿No lo hacía la pintura? Pues la fotografía no podía ser menos. Luego llegó lo que supuso la fotografía para la imagen permanente en la retina: la veracidad de lo que se fotografiaba era sagrada. La foto que ilustra nuestra portada es el ejemplo por excelencia: Iwo Jima, 23 de febrero de 1945. La patrulla que coronó el monte Suribachi de la isla japonesa de Iwo Jima izó la bandera americana ante la cámara del sargento Louis R. Lowery. Posteriormente llegó el fotógrafo de Associated Press y del San Francisco Chronicle, Joe Rosenthal, que cubría el avance de las tropas americanas en el Pacífico e hizo repetir la escena para que ganara más épica. Fruto de eso, obtuvo el premio Pulitzer de Fotografía. Rosenthal negó siempre que fuese preparada.
La polémica ha surgido en el último premio World Press Photo (WPP) de acontencimientos contemporáneos. El jurado del WPP premió una imagen de Giovanni Troilo en la que se especificaba que había sido tomada en Charleroi en referencia a la degradación de este municipio belga. El caso es que se descubrió que no era Charleroi sinó Bruselas y que en una de las fotos en la que hay una pareja dentro de un coche, se supo que era su primo y que había sido una puesta en escena. Al descubrirse el pastel, Giovanni Troilo fue desposeido del premio. Aún así, el CCCB expondrá como cada año las fotografias ganadoras del WPP. Por su parte, Visa pour l’Image ha decidido no exponer las imágenes en su certamen anual.
“Si el público no puede confiar en el fotoperiodismo, tenemos un problema serio. No sólo lo tiene nuestro trabajo, sino también la sociedad y la democracia»
Gary Knight, responsable del jurado del World Press Photo en ediciones pasadas
Jesús León en ‘El fotoperiodismo a debate: límites y buen uso del tratamiento de una imagen‘ observa que «en cualquier caso no es un asunto fácil de tratar ni un debate que vaya a finalizar. Simplemente por el hecho de que, por tradición, en el fotoperiodismo no se tolera la alteración o manipulación. Mientras que en otros géneros fotográficos sí o incluso, sin salirnos del ámbito informativo, se acepta con más agrado que una en una noticia escrita se utilicen adjetivos o metáforas para explicar unos hechos, de un modo más ilustrativo. Hay más tolerancia a admitir que la noticia escrita tiene más margen para representar la realidad de una u otra forma y no así en la imagen informativa»
Quizás tendriamos que empezar por la defición de fotoperiodismo.
Fotoperiodismo son todas aquellas imágenes difundidas a través de los medios masivos impresos, electrónicos o de internet que relatan una historia o una situación. Todo suceso o fenómeno social al igual que las imágenes y los textos, tiene múltiples lecturas: un metro más a la derecha o a la izquierda, y el encuadre cambia por completo. Por ello cualquier protagonista, testigo, analista o comunicador -en nuestro caso fotógrafo- que intenta registrarlo y transmitirlo asume su propia interpretación, su versión, su visión personal. No puede sustraerse de ello. Así, en el fotoperiodismo podemos encontrar información sobre hechos o fenómenos bajo ópticas diversas, opiniones más allá de la información que pueden inclusive, convertirse en fotografías editoriales.
«Ahora hay otro tema que abordar que siento mas peligroso que el retoque fotográfico. La manipulación en toma fotográfica. Recrear situaciones de vida por falta de tiempo o presiones de jefes o medios. Pedirle a una persona que llore para la foto, que se ría por el premio, que simule sueño. Mas peligroso es, y lo vemos en las calles, calentar el ambiente para crear imágenes de tensión»
Pedro Armeste – Fotoperiodista
«Los fotoperiodistas actúan como testigos para el público. Nuestra labor principal es registrar visualmente eventos importantes y los variados puntos de vista. La meta principal es captar el momento de una manera honesta y completa. Como fotoperiodistas tenemos la responsabilidad de documentar a la sociedad y preservar su historia con imágenes. Las imágenes fotográficas y de video pueden revelar grandes verdades, mostrar el mal y el descuido, inspirar la esperanza y el entendimiento, y conectar a la gente de nuestro mundo a través del lenguaje visual. Las fotografías también pueden causar grandes daños si son tomadas sin sensibilidad y respeto o si son manipuladas. Este código de ética tiene la intención de promover la calidad más alta en todas sus formas fotoperiodísticas y fortalecer la confianza del público en la profesión. Además este código sirve como una herramienta educativa para los fotoperiodistas y los que aprecian este campo. Con ese fin, la Asociación Nacional de Fotoperiodistas propone el siguiente Código de Etica»:
CÓDIGO DE ÉTICA
Los fotoperiodistas y los que manejan la producción de noticias visuales son responsables de trabajar según las siguientes reglas durante su trabajo diario:
- Ser preciso y comprensivo en la representación de los sujetos.
- Resistirse a ser manipulados por oportunidades fotográficas orquestadas.
- Ser íntegros y dar contexto cuando estén fotografiando o grabando a los sujetos. Evitar estereotipos de personas y grupos. Reconocer y evitar revelar sus propias tendencias en las imágenes.
- Tratar a todos los sujetos con respeto y dignidad. Dar consideración especial a los sujetos vulnerables y tener compasión de las víctimas de crímenes o tragedias. Evitar entrometerse en momentos privados de luto solamente a menos que el público tenga necesidad justificable para ser testigo.
- Mientras se fotografía a los sujetos, no contribuir, alterar, intentar alterar o influenciar en los eventos intencionalmente.
- Al editar se debe mantener la integridad del contenido y contexto de la imagen. No se deben manipular las imágenes ni añadir o alterar el sonido de ninguna forma que pueda confundir al publico o representar los sujetos de una forma incorrecta.
- No pagar a las fuentes y sujetos o premiarlos con información o participación.
- No aceptar regalos, favores, o compensación de los que buscan influenciar la cobertura periodística.
- No sabotear intencionalmente los esfuerzos de otros periodistas.
IDEALMENTE, LOS FOTOPERIODISTAS DEBEN:
- Esforzarse en divulgar lo que es de interés del público. Defender los derechos de acceso a todos los periodistas.
- Pensar proactivamente, como un estudiante de psicología, sociología, política y arte para desarrollar una visión y presentación única. Trabajar con ganas para las noticias y medios visuales contemporaneas.
- Esforzarse por tener acceso total sin restricciones a los sujetos, recomendar alternativas a oportunidades superficiales o apresuradas, buscar puntos de vista diversos, y trabajar para exponer los puntos de vista poco populares o no tomados en cuenta.
- Evitar involucrarse políticamente, cívicamente, o en negocios que comprometen o den apariencia de comprometer su independencia periodística.
- Esforzarse por ser discreto y humilde con los sujetos.
- Respetar la integridad del momento fotográfico.
- Esforzarse para mantener el espíritu y los niveles altos de calidad expresados en este código. Al afrontar situaciones en los que la acción correcta no esta clara, buscar el consejo de los que exhiben los niveles mas altos de la profesión. Los fotoperiodistas deben estudiar su arte continuamente y la ética que lo guía.
El ganador del WPP 2013, Paul Hansen, por una fotografía que muestra el entierro de dos niños en Gaza, fue acusado de cambiar la tonalidad de la luz en la post producción de la fotografía. El jurado dio por bueno el cambio y no le retiró el premio. Anna Bosch, miembro del Centre de Fotografia i Mitjans Documentals (CFD) comenta al diario ARA: “Debemos tener presente que a menudo el fotoperiodismo tiene cierta preparación, como cuando se realiza un retrato, y también post producción, como cuando se sube el contraste para acentuar el dramatismo de la escena. Marcar los límites es complicado, pero no debemos olvidar que el foco de interés es la historia y la visión personal del autor que nos la explica. Aunque el lenguaje formal, así como los recursos tecnológicos del medio fotográfico son elementos al servicio de la historia y no al revés«.
«Tengo muy claro que si en el momento del disparo hemos compuesto correctamente y el color de la toma está bien resuelto, poco más hay que ajustar. Nuestra calidad como fotógrafos debe estar en nuestra mirada y no en las horas posteriores que pasemos ante el ordenador»
David Airob – Fotoperiodista
«El problema no es simplemente si la fotografía ganó un premio o no, sino si vamos a informarle al público sobre cómo trabajamos los fotoperiodistas. Mientras ha habido una gran dedicación y coraje demostrado por aquellos que han estado en el gremio durante décadas, ahora es el momento de pensar seriamente y tomar decisiones que ayuden a determinar la utilidad futura del fotoperiodismo»
Fred Ritchin, profesor de Fotografía en la Universidad de Nueva York. Fue editor de imágenes para el New York Time Magazine entre 1978 y 1982
«La ambición por conseguir las mejores fotos nunca debe superar la compasión»
James Nachtwey, fotógrafo de guerra