Uno de estos gurús que a veces aparecen en las salas de congresos de periodismo y que asesoran a otras para explicar cómo se deben hacer las cosas dijo una vez que en su blog, a veces, colaba la palabra ‘sexo’ para ejercitar el músculo de los buscadores con palabras clave. Ciertamente ‘sexo’ lo es y hoy he recordado el ‘consejo’ de este veterano periodista para escribir sobre sexo, periodismo y cintas de vídeo.
Hace unos días la surrealista historia de Josh Raby en un McDonalds narrada a través de su Twitter llenó ríos de bytes no sólo en las redes sociales sino en las principales cabeceras digitales. Lo que era sólo una anécdota de un tipo que quería comprar un batido se convirtió en algo extraordinario, casi al mismo nivel del tuitero que narró la acción militar para matar a Osama Bin Laden. Lo cierto es que la historia de Raby estaba algo más que «adornada» y apareció en los periódicos digitales sin contrastar 100%.
Lo que ilustra la historia en el McDonald’s no es más que un ejemplo de lo que sucede en muchos medios de comunicación. Dice Kevin Rawlinson que la «presión en las redacciones» está provocando «que se publiquen historias falsas en Internet». Seguimos con esa máxima que alguien atribuye a William Randolph Hearst: “No dejes que la realidad estropee un buen titular”.
Esta semana despertamos con las imágenes de un par de chicos practicando el sexo en el metro de Barcelona. Nadie se ha podido resistir a publicar las imágenes grabadas por una usuaria que pasaba por la estación de Liceu. Y por lo que vemos, la noticia ha sido la más consultada en muchos medios de comunicación.
Escuchando la radio al mediodía, el locutor invitaba a sus oyentes a ver el vídeo en la página web de la emisora «por si aún no lo han visto». En las televisiones, advertían que «las imágenes pueden herir su sensibilidad». La sensibilidad, no obstante, quedaba intacta cuando alguien planteó que el vídeo daría unos cuantos puntos más de share. ¡Dentro vídeo!
¿Era necesario publicar las imágenes? ¡Todo por la patria del click! El periodismo digital actual aún no ha encontrado un modelo ventajoso para ser rentable y sobrevive a golpe de clicks. Como mayor sean los usuarios que acceden a una noticia, mejor. Más visitas y más ingresos. El modelo parece la gran panacea pero es pan para hoy y hambre para mañana en un entorno en el que la publicidad debe buscar nuevos activos digitales y que los medios de comunicación en su gran mayoría no están imitando grandes compañías como Google, Facebook o Apple. Son aún contados los casos en los que los modelos de negocio en medios son algo parecido a iTunes o Spotify. Blendle o Readly son dos grandes modelos de negocio ante un periodismo que buscar algo más que subsistir.
Clinton-Lewinsky
Sexo y periodismo es un lugar común. No nos podemos escandalizar. Dice Omar Rincón en su artículo ‘Clinton-Lewinsky: peor sexo que ser corrupto’ que «en la época de Mónica Lewinsky y su affaire con el expresidente de Estados Unidos, Bill Clinton, no importó la realidad política del país. Todos los medios se dedicaron a hablar del sexo que pudieron tener la practicante y el presidente, como si fuera lo más importante para guiar una nación. Se discutía directamente si había habido penetración o no, cómo había sido, dónde había sido, el significado ético y amoroso de eso, qué implicaba para un presidente tener alguito con la practicante.»
Nos pasamos el día hablando de nuevas narrativas, innovación, tendencias, hablando sobre congresos y conferencias y al final parece más que vende un polvo en el metro de Barcelona que una buena historia. ¿Qué son unos cuantos vaivenes por un puñado de visitas? Pan para hoy hambre para mañana, com dicen dos colegas a los que sigo y admiro, Eduardo Suárez y David Martínez:
Incomprensible seguir buscando clics en un entorno donde valen cada vez menos. El tiempo es el bien + escaso y el que + vale #periodismo
— eduardosuarez (@eduardosuarez) April 21, 2016
Y si lo más leído diera suficiente pasta… https://t.co/QAXV9C8QA4
— David Martínez (@dmartinezpr) April 25, 2016
Dice Juan Carlos Blanco que «lo que estamos afrontando es un proceso de cambio constante y radical en el que los medios estamos perdiendo el monopolio de la distribución de las noticias en favor de las redes sociales y de los motores de búsqueda y en el que nos hemos encontrado con que otros han ocupado nuestro lugar en la plaza pública del pueblo.» Para blanco, la realidad es que: «los lectores, cada vez más, buscan la información en las redes sociales y en los motores de búsqueda y la quieren en sus teléfonos móviles». ¿Pero debemos ceder el poder de publicación a los analistas web y a los equipos comerciales?
Para Rawlinson la historia del batido del McDonald’s demuestra cómo en las redacciones cada vez hay más presión y una mezcla explosiva: «Pequeños periodistas excitados con producir ‘historias’ virales y grandes jefes que tratan de cumplir los objetivos estadísticos».
Al final saldrán los defensores de ‘esto es lo que quiere la audiencia’ y nos quedaremos tan anchos viendo como explota una sandía en Facebook como gran hito mundial. Hay espacio para la diversión (por favor, no miren mi Snapchat) pero también hay lugar para pensar si entre todos no estaremos jodiendo al periodismo.
6 Comments
El periodismo hace años que murió, como muchas otras cosas honorables inventadas por la humanidad, la aparición de la noticia en los medios digitales y su inmediatez deja con el culo al aire a muchos que dicen ser perioditas
Creo que el periodismo sigue vivo, en otras formas y colores. Hay que ver un amplio espectro. Es verdad que hay muchos matices y muchas nuevas fórmulas. Gracias por tu comentario, Esperanza. Saludos!
Realmente si creo que entre todos si estamos jodiendo al periodismo! En lugar de noticias e información vendemos espectáculos que generen clicks!