El periódico estadounidense empieza las celebraciones en Times Square con un alegato global a favor de la información independiente
La escena es conocida: millones de personas en todo el mundo mirando cómo una bola desciende lentamente en Times Square mientras el calendario cambia de año. Ese ritual, convertido hoy en uno de los eventos mediáticos más seguidos del planeta, tiene un origen profundamente periodístico. En la medianoche del 31 de diciembre de 1904, The New York Times celebró su traslado a una nueva sede con un espectáculo de fuegos artificiales lanzados desde lo alto del edificio que hoy sigue siendo One Times Square. Tres años más tarde, los fuegos fueron sustituidos por un orbe luminoso. Así nació el tradicional descenso de la bola.
Más de un siglo después, el Times regresa a ese mismo escenario para dar inicio a la celebración de su 175º aniversario. No lo hace como un gesto nostálgico ni como una efeméride corporativa, sino como una declaración pública sobre el valor del periodismo independiente en una sociedad donde la información es cada vez más cuestionada, instrumentalizada o directamente atacada.
Times Square como metáfora mediática
Que el arranque del aniversario tenga lugar en Times Square no es casual. Se trata de uno de los espacios más saturados de estímulos, pantallas y mensajes comerciales del mundo. Utilizarlo para hablar de periodismo supone reclamar atención en un entorno diseñado para distraer. En 1904, el editor Adolph Ochs impulsó la recuperación del diario bajo una premisa clara: informar “sin miedo ni favoritismos”. Hoy, esa idea se reactualiza en un contexto radicalmente distinto, pero atravesado por desafíos igualmente profundos.
El inicio de las celebraciones no mira solo al pasado del medio, sino que plantea una pregunta contemporánea: ¿qué lugar ocupa el periodismo cuando el espacio público está dominado por el ruido, la polarización y la desinformación?
Del ritual festivo al manifiesto editorial
Durante la retransmisión de Nochevieja, el editor del diario, A. G. Sulzberger, compartirá un vídeo que recorre momentos clave de la historia periodística del Times y su vínculo con la noche de Año Nuevo. No se trata únicamente de una pieza conmemorativa, sino de un gesto editorial con vocación pedagógica y política: reivindicar el periodismo como infraestructura democrática, no como un producto más del ecosistema del entretenimiento. Insertar este mensaje en el arranque del año y ante una audiencia global implica asumir que la batalla por la legitimidad informativa ya no se libra solo en las redacciones o en los canales propios, sino en el imaginario colectivo.
Un año entero para hablar de periodismo
El descenso de la bola marca solo el comienzo. A lo largo de 2026, el Times desplegará artículos especiales, eventos públicos e iniciativas editoriales centradas en el impacto del periodismo independiente, pasado, presente y futuro. El objetivo declarado es subrayar su importancia en un momento en que la prensa se enfrenta a presiones políticas, económicas y culturales crecientes. Este enfoque convierte el aniversario en algo más cercano a un programa editorial sostenido que a una campaña de marca puntual. No se trata solo de recordar lo que fue el periodismo, sino de explicar por qué sigue siendo necesario.