Miguel Ángel Jimeno: «La diferencia entre lo habitual y el buen periodismo es cuestión de diez minutos»

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Escribo habitualmente en el blog La Buena PrensaSoy profesor de Edición de Diarios y de Proyectos Periodísticos en la Facultad de Comunicación de la Universidad de Navarra. Fui subdirector del departamento de Proyectos Periodísticos. Fue miembro del equipo fundador y editor de Barcelona’92, diario oficial de los Juegos Olímpicos. Fui jefe de Edición de Diario de Noticias y director de la revista Nuestro Tiempo. Como consultor he participado y participa en proyectos en España (Diari de Tarragona, Heraldo de Aragón, El Diario Montañés, La Rioja, El Correo Gallego, Odiel Información…) y en el extranjero: El Siglo y Clave (Rep. Dominicana), Panorama (Venezuela), Expreso (Ecuador), Al Bayán (Dubai), i (Portugal), Bureo y Pandora (Rep. Dominicana), El Tribuno de Salta (Argentina). .

¿Por qué escribir un blog como La Buena Prensa?
Es una humilde contribución. Me decidí a lanzar el blog porque se juntaron dos realidades: por un lado, tenía decenas y decenas de excelentes páginas guardadas; por otro, veía que se tendía a primar lo malo. No había nada que mostrara siempre buen periodismo. Esa fue la apuesta: mostrar cada día que sí, que existe. Y que para hacerlo no hace falta mucho. En la mayoría de los casos, quizá un pararse a penar antes de informar, antes de escribir, antes de poner la información en página. Simplificando, en muchas ocasiones la diferencia entre lo habitual y el buen periodismo es cuestión de diez minutos. Hoy esos diez minutos aún son más importantes que hace unos años. Porque muchas informaciones el lector ya las sabe y hay que replantearlas; porque existen modos de contar más eficaces…

¿Debemos recordar que existen buenos ejemplos de periodismo porque hay demasiados malos?
No. Buen y mejorable periodismo ha existido siempre. Pienso que apostar por el buen periodismo resulta más edificante. Además, es un acto de justicia. Porque puede dar la impresión de que todo es malo. Y no es verdad. Hay cientos de periodistas que hacen bien su trabajo, hay decenas de excelentes páginas todos los días. No me dejo llevar por el entusiasmo. Tampoco por la ingenuidad. Si lo afirmo con rotundidad es porque cada día leo decenas de diarios.

El mal ejemplo quizá triunfa más en las redes, pero el bueno inspira, ayuda, contagia. Sobre todo, si ese buen ejemplo no es excepcional, en el sentido de que se necesiten muchos medios y muchos periodistas para sacarlo adelante. Por eso me gustan los casos de buen periodismo “sencillo”, esos que se pueden realizar todos los días.

«Me sorprende que apenas se hayan replanteado los modelos editoriales»

¿Qué es lo que más te sorprende del periodismo actual?
Por un lado, parece evidente que queda mucho camino por recorrer, porque han cambiado demasiadas cosas y, en general, los diarios son como siempre han sido. Me sorprende que apenas se hayan replanteado los modelos editoriales. Creo que numerosas empresas han comenzado la casa por el tejado: el modelo de negocio. Se han tomado muchas decisiones en función de eso. Y el resultado es evidente: menos personas tienen que hacer más cosas. Menos personas tienen que hacer, por ejemplo, el mismo diario que antes hacían más. Y eso atenta contra la calidad.

Siempre he defendido que el cambio hay que iniciarlo por los cimientos: pensemos en qué diario hay que hacer hoy, en los próximos años. Y si ese diario tiene web. Y si tiene tableta. Y si… Y en función de eso, veamos cuánta gente necesitamos. Y en función de eso, veamos qué organización necesitamos. Creo que así se garantiza el futuro y se apuesta por la calidad.

 

Si descendemos al terreno de los contenidos, hay sorpresas agradables. La crisis ha llenado los diarios de buenas historias, por ejemplo. Asistimos también a un renacer de la infografía, que es un modo de contar maravilloso, quizá el que tiene por delante un futuro más prometedor. Se siguen haciendo previas y días después fabulosos. Cada vez más se apuesta por modos de contar que se alejan de la pirámide invertida…

¿Qué es lo fundamental que debe aprender un alumno sobre los nuevos proyectos periodísticos?
Que hoy más que nunca es posible lanzarse al mercado. Que la vida ha simplificado muchas cosas y ha abaratado muchos costes. Pero teniendo presente que hay asuntos que nunca cambiarán: sobre todo, te la juegas en los contenidos, en que sean buenos. Me apasiona este periodismo de “guerrilla” que no aspira a tener millones de lectores, pero sí a informar bien a nichos. Siempre con la bandera de la calidad. Porque siempre habrá gente dispuesta a pagar cuando algo le interesa.

«Me apasiona este periodismo de “guerrilla” que no aspira a tener millones de lectores, pero sí a informar bien a nichos»

El gasto del ciudadano en prensa en España se ha reducido un 51% desde 2006. ¿Podemos ser optimistas sobre el futuro del papel? ¿Qué futuro queda para las ediciones físicas de los periódicos?
La verdad es que mi cariño hacia el papel nace porque… soy de esa generación. Adoro el papel. Pero no me interesa mucho el debate sobre la muerte del papel. La palabra clave —ayer, hoy, mañana— es… periodismo. Por esa hay que pelear. Que la vida lleva a hacer buen periodismo sin papel, pues bienvenida esa nueva vida.

No sé cuánto le queda al papel. Posiblemente, existirá siempre. Y si nos centramos en los diarios, no veo a corto plazo su muerte. En muchos países, como en España, los diarios siguen siendo muy sólidos a pesar de vivir la mayor crisis de la historia. Y casi todos esos diarios sólidos son regionales. Es fácil decir que La Voz de Galicia, Diario de Navarra o El Diario Vasco dejarán de existir.

Pero, ¿lo crees?
¿Morir sin más? No creo. ¿Morirán porque un poderoso digital les llevará al cierre? Tampoco lo creo porque… es imposible que un digital compita con ellos, y menos ahora que esos diarios en papel también tienen versiones web. ¿Morirán por falta de publicidad? Ingresan menos que antes, cierto, pero, ¿quién sigue ingresando más? Podríamos seguir y seguir. Incluso sumando argumentos no periodísticos: en casi todos los diarios, por no decir en todos, el mayor motivo de compra no es la “información”, es la “tradición”. Y eso está suponiendo un gran salvadidas hoy. Eso sí, que no se descuiden…

«No sé cuánto le queda al papel. Posiblemente, existirá siempre. Y si nos centramos en los diarios, no veo a corto plazo su muerte»

¿Los periódicos en papel deberán reducir su periodicidad?
Antes que su periodicidad, me parece más interesante replantearse los actuales modelos editoriales. Quizá, ese pensar en las necesidades informativas de los lectores nos llevaría a disminuir la paginación. Creo que son tiempos de “menos es más”. La periodicidad podría disminuir en algunos casos. El ejemplo más habitual para este caso sería informar día a día a través del digital y lanzar una vez por semana una edición en papel.

Parece una paradoja: Los medios escritos cada vez son más visuales (infográficos y elementos fotográficos destacados) y los digitales se están extendiendo en cuanto a texto (particularmente en especiales multimedia). ¿Son casos puntuales o son tendencias?
Bueno, el nacimiento de USAToday supuso una revolución, también visual. Y ha llovido mucho desde entonces. El color. La buena impresión. El diario tiene la ventaja de que las páginas lucen muchísimo. Cuando texto e imagen van de la mano y existe un diseño cómplice… la página es información y belleza. Porque en la página cabe la buena imagen, el buen gráfico, la buena ilustración…

El digital tiene la gran ventaja de que… cabe todo. Puede ‘meter’ cuatro páginas en una entrada. También buena imagen, buen gráfico, buena ilustración. Pero el tener toda la información en una página… eso no lo logra el digital. Puede ampliar mucho más, puede añadir vídeo, puede ofrecer galerías de imágenes, puede hacer infografía digital. El digital es un mundo de posibilidades. Pero muchas necesitan… personas. Sin personas, al final, el digital ofrece noticias, algunas con noticias ‘relacionadas’… y poco más. Los digitales, en general, tienen ese gran problema que, pienso, les ha “paralizado”: sin personas la vida se complica. Por eso los digitales parecen clones. Porque… hacen lo que pueden. En este sentido, hoy es más fácil el lucimiento en el papel que en el digital. No hay más que ver cada día El Mundo o El Correo o La Vanguardia… en papel y digital. Con excepciones, por supuesto. Porque se han publicado excelentes especiales multimedia.

«El digital es un mundo de posibilidades. Pero muchas necesitas personas»

Hablemos del periodismo en América Latina. ¿Nos encontramos con un boom de los medios digitales sólo o hay proyectos multiplataforma que nos debemos apuntar?
En América Latina, y generalizo, no están viviendo la gran crisis, sobre todo publicitaria, que padecemos acá. Quizá por eso, y porque ven que puede llegar el lobo, están tomando más decisiones que España. Allá hay “movimiento”. Se han remodelado a fondo recientemente grandes medios como El Nuevo Día (Puerto Rico), La Tercera (Chile) o La Nación (Argentina). Se están repensando medios como El Universal (México). Otros excelentes diarios como El Observador (Uruguay), El Universo (Ecuador) o Primera Hora (Paraguay) tienen un asesoramiento casi permanente. Y los diarios de Brasil han apostado mucho por su edición de la “tarde”, ahora en soporte tableta.

Apuestan por cambios estructurales…
Sí, en la dirección que antes hemos hablado: qué diario debo hacer, qué web… En algunos casos, esos replanteamientos llevan a modificar muchas cosas. Por ejemplo, Multimedios del Caribe (Rep. Dominicana). No sólo remodela El Caribe. Fruto de la reflexión, convierte dos revistas semanales (Bureo, centrada en el ocio, y Pandora, en la mujer) en mensuales. Pero… lanza dos webs sobre ocio y sobre la mujer. Y uno de sus canales de televisión pasa a llamarse Pandora… Creo que es un caso para tomar nota: modelo editorial y modelo de negocio de la mano.

Al final, se trata de eso. No de cambiar por cambiar. No de dibujar maravillosas redacciones multimedia. De pensar en calidad de contenidos. Y de tener el “valor” de decirle al dueño de una empresa de comunicación que no hacen falta cincuenta pantallas de televisión en la redacción, que con cinco bien puestas es suficiente y que con el dinero de las otras cuarenta y cinco puede contratar a un infografista, a un editor de fotografía y a dos reporteros.

En España, los medios de comunicación tradicionales están sufriendo una crisis de modelo de negocio, prestigio y rol de la sociedad. ¿Hay que fijarnos en los nuevos medios para encontrar respuestas ante la crisis?
Los medios tradicionales pueden mirar y tomar nota. Pero sobre todo deben mirar al frente. Es como conducir. Tienes que saber el destino y mirar al frente. De vez en cuando, a los retrovisores. Pero si no sabes dónde ir y no dejas de mirar atrás o a los lados… llega el árbol y… Volvemos al lugar de siempre. Hay que parar a pensar. Lo de la pérdida de prestigio puede que sea cierto, aunque me atrevería a decir que está más ligada a Madrid. Los diarios, en general, siguen siendo la referencia en sus comunidades y nadie mejor que ellos pueden tomar medidas para seguir siéndolo.