Editor’s Choice #13
Hay que estar dispuesto a mirar. El fotoreportero es el único que no puede mirar hacia otro lado. Sabe lo que busca pero, ¿está prepaparado para lo que va a ver?
«Una causa sin imágenes no es solamente una causa ignorada; es una causa perdida» – Robert Capa
¿Y nosotros? Instalados en nuestro cómodo primer mundo, los fotoreporteros zarandean nuestro quehacer diario con fotografías que no son trucadas ni invenciones de alguna mente perversa: muchas veces esas historias que nos cuentan ocurren a escasos kilómetros de nuestras casas, en gente como nosotros. Lo reconozco. Ahora que tengo hijos, soy incapaz de ver imágenes de niños llorando, ensangrentados, por las estupideces de los adultos. Lo han conseguido. Esos fotoreporteros que se juegan su vida por mostrarnos lo que pasa, han conseguido que se me remueva la conciencia y que muchas veces repita lo que decía la entrañable Mafalda en las tiras cómicas de Quino: «Paren el mundo que me bajo». Pero doy gracias a tantos fotoperiodistas vivos y muertos por enseñarme ese mundo que odio y amo a la vez y que su trabajo no quede en nada.
1971. Suena por la radio ‘The end’ de The Doors con Jim Morrison cantando desgarradamente durante 11 minutos. Lo que puede tardar en caer un helicóptero herido de muerte sobre la jungla de Laos con cuatro fotoreporteros, Larry Burrows, Henri Huet, Kent Potter y Keisaburo Shimamoto. A raiz de ese incidente, el ejército de los Estados Unidos se negó a llevar a los fotoreporteros con ellos y esto dificultó la realización de fotografías e historias. Según algunos fotoreporteros, esa decisión acabó con la era dorada del fotoperiodismo en la guerra de Vietnam. Dicen que fue la última vez que la prensa tuvo libertad de movimientos y expresión.
«Kill, kill, kill, kill, kill, kill –
This is the end
Beautiful friend
This is the end
My only friend, the end » – ‘The end’ – The Doors
Larry Burrows cubrió como fotoperiosdista de LIFE la guerra de Vietnam, el norte apoyado por la China comunista y el sur por Estados Unidos, de 1962 a 1971. De todas las fotos y reportajes que hizo, se le recuerda por las fotografías tomadas desde un helicóptero de los Estados Unidos en lo que se conoce como ‘One ride with Yankee Papa 13‘ en el que cubre el rescate de un soldado entre líneas enemigas. Burrows retrata la acción segundo a segundo y nos cuenta la historia de como el soldado que dispara al vietcong mientras el helicóptero se eleva se da cuenta que su compañero ha sido herido de gravedad y acaba muriendo en el mismo helicóptero. El reportaje se publicó en LIFE en abril de 1965. Todavía quedaban casi diez años de guerra. Las imágenes que Larry Burrows nos dejó muestran las caras de los soldados con la expresión en sus rostros de «¿Qué hago yo aquí?».Cada uno lo dice a su manera, con miedo, con asco, con esperanza, pero ninguno cree en los ideales que le han vendido. Esta sería la impresión que los fotoreporteros desplazados a la guerra de Vietnam consiguieron transmitirnos.
Burrows ganó tres veces la Medalla de Oro Robert Capa, en 1963, 1965 y 1971.