El dilema de las redes sociales con los talibanes

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Con la llegada de los talibanes a Kabul, en Estados Unidos los republicanos están atizando a Joe Biden por la salida estadounidense de Afganistán y están aprovechando para criticar las empresas tecnológicas de Silicon Valley: ¿cómo puede ser que Donald Trump y este movimiento radical islámico tenga perfiles activos en Twitter? Esta pregunta, que la intentaremos responder posteriormente, está dentro del contexto actual de la diplomacia global, que se debate entre reconocer al nuevo gobierno de Afganistán o seguir vetándolos. La geopolítica también se juega en las redes sociales.

Lo cierto es que entre las principales plataformas sociales hay una postura desigual frente a los talibanes. Mientras que Facebook, Instagram, YouTube o TikTok (siguiendo las directrices del gobierno USA que los consideran -de momento- como organización terrorista) vetan los perfiles oficiales de los talibanes o de aquellos que los ensalzan o glorifican, Twitter mantiene una postura más laxa. En el caso de la red social fundada por Jack Dorsey, se mantienen los perfiles oficiales y subrayan que no los prohibirá si no atentan contra las normativas sobre odio y violencia de la red.

No obstante, según una investigación de The Times, más de 100 nuevas cuentas y páginas oficiales o pro-talibanes han aparecido en Facebook, YouTube y Twitter, a pesar de la prohibición del grupo por parte de los sitios. El Times también encontró docenas de relatos a favor de los talibanes, incluidos los de altos funcionarios talibanes, que habían existido durante meses o años en los sitios y permanecieron inactivos antes de volverse más activos la semana pasada.

“El uso de las redes sociales por parte de los talibanes es intencional”, dijo en declaraciones a The New York Times, Graham Brookie, director del Laboratorio de Investigación Forense Digital del Atlantic Council, que estudia la difusión de información en línea. “Saben que en el escenario mundial, necesitan presentar una cara pública responsable para ganar más legitimidad”.

«Tradicionalmente, el invasor o insurgente primero se apodera del aeropuerto, luego las estaciones de radio y televisión para cimentar la autoridad. Ya no es así gracias a Facebook, YouTube o Twitter»

Ponga un dircom en su vida

Los talibanes en 2021 han entendido que necesitaban un director de comunicación (dircom), una nueva imagen y un relato nuevo. Su mala reputación es tremenda si nos fijamos en sus acciones contra infieles, mujeres y opositores. Hasta ahora el miedo y el terror forman parte de su relato. ¿Se puede cambiar? ¿Necesitan cambiar su reputación? Parece que sí porque se han puesto a lavar su imagen y en este punto, las plataformas sociales forman parte de esta estrategia pero también son y serán sus talón de aquiles. El fanatismo radical no podrá luchar contra el mundo en tiempo real por muchos apagones mediáticos que se propongan. Las intervenciones en televisión y las imágenes comiendo helados no pueden contrarrestar la represión, las represalias y la venganza que pueden hacer efectiva los talibanes.

Cuando accedieron al poder hacer veinte años, las redes sociales no existían. Ahora, forman parte importante de una estrategia de comunicación. Eso sí, el fanatismo radical no puede luchar contra el mundo en tiempo real por muchos apagones mediáticos

En su primera etapa a principios del siglo XXI liderando Afganistán, las redes sociales no existían. Veinte años después, la situación ha cambiado y la influencia de las plataformas es clara y concreta. Como dice el analista de medios del NY Times, Edmund Lee, «tradicionalmente, históricamente el invasor o insurgente primero se apodera del aeropuerto, luego las estaciones de radio y televisión para cimentar la autoridad. Ya no es así gracias a Facebook, YouTube o Twitter». Cuando el gobierno afgano se derrumbó durante el fin de semana, hubo publicaciones en las redes sociales, de ciudadanos y políticos, que documentaban el caos en las principales redes sociales. Los contenidos generados por los usuarios (UGC) se han disparado en Afganistán y el Próximo Oriente. Pero dentro de esta estrategia renovada de los talibanes y de la necesidad de transmitir sus mensajes al mundo, las redes sociales han sido fundamentales. Un inciso, sin nos fijamos solamente en Twitter. Como apunta Alba Precedo en InfoLibre, el portavoz más famoso de los talibanes, Zabihullah Mujahid, tiene en su perfil más de 319.000 seguidores. El portavoz de la oficina política del Estado Islámico de Afganistán con sede en Qatar, Mohammed Naeem, tiene más de 213.000 seguidores; y el portavoz internacional Suhail Shaheen, que comparte los mensajes en inglés, suma más de 361.000. Y, este miércoles, los tres perfiles aún estaban totalmente operativos.

Por tanto, para los talibanes, las redes sociales sirven para difundir su estrategia de comunicación, herramientas para comunicarse con la diplomacia internacional y los medios de comunicación, así como potenciar el proselitismo entre sus fans. En este último caso, ya lo vimos y lo analizamos con el ISIS:

Estado Islámico y las redes sociales | MiquelPellicer.com

En definitiva, dentro de las empresas tecnológicas, Facebook ha activado en los últimos días un equipo de respuesta de emergencia para seguir la situación en Afganistán y evaluar el uso que hacen los talibanes de sus productos, incluida su aplicación de mensajería WhatsApp, según empleados de la red social. Mientras las principales cancillerías están analizando la validación o no del gobierno talibán, las plataformas están calculando sus próximos pasos, adecuándolos a esta diplomacia 2.0 y a la necesidad de atrapar la atención de millones de usuarios de todo el mundo. La palabra ‘talibán’ desgraciadamente ha sustituido el nombre de Leo Messi de la ventana mediática.

La palabra ‘talibán’ desgraciadamente ha sustituido el nombre de Leo Messi de la ventana mediática.

¿Por qué Trump sigue bloqueado y los talibanes, no?

Es la pregunta que flota en el ambiente entre millones de consumidores de las redes sociales. Personalmente creo que es una cuestión de ventana de atención y oportunidad. Mientras el discurso de Donald Trump en las redes sociales había sido rentabilizado durante los últimos cinco años, en el caso de la oportunidad de la conversación social, es el momento talibán. De un presidente saliente a un gobierno talibán entrante.

Por otra parte, lo que demuestra claramente el contexto actual de redes sociales es que puedes vetar un perfil pero no un movimiento. Trump està bloqueado pero el trumpismo sigue apretando fuerte en las redes sociales. En tiempos del ciberactivismo, ni el discurso del odio ni los movimientos ciberactivistas son difíciles de controlar. Ahí vemos como sistemáticamente se han ido vetando movimientos terroristas, supremacistas blancos, islamismas radicales, QAnon, conspiradores contra las vacunas y la COVID-19,… pero el sistema de filtración de los contenidos tiene fugas en Internet y una autopista clara en la ‘Deep Web’.

Aunque periodista de salón, como diría el fotoperiodista Gervasio Sánchez, aquí os dejo mi reflexión.

Protección a los periodistas y colaboradores afganos

Seamos de salón o de campo, lo que sí debemos tener en cuenta todos los periodistas es el apoyo que tenemos que brindar a los colegas afganos, intérpretes, traductores y personas que han trabajado durante años en medios locales así como en medios internacionales en Afganistán. La Federación Internacional de Periodistas (FIP) y sus afiliadas han pedido a los gobiernos y a la comunidad internacional que brinden apoyo y protección inmediatos a los trabajadores de los medios de comunicación afganos y sus familias que se encuentran amenazados. De la misma forma, medios como The Wall Street Journal, The Washington Post o The New York Times se han unido en una petición conjunta para reclamar a la Casa Blanca la protección de sus colaboradores en este país.