Estados Unidos: la brecha política que divide a los medios

Bipartidismo y medios de comunicación en Estados Unidos
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Un estudio del Pew Research Center muestra cómo republicanos y demócratas consumen y desconfían de medios completamente distintos

El nuevo estudio del Pew Research Center no es solo una encuesta: es un mapa de fisuras. En un país marcado por la polarización política, también el consumo informativo refleja dos mundos cada vez más desconectados. Según este informe, republicanos y demócratas no solo eligen medios distintos, sino que también desconfían activamente de los que siguen sus adversarios ideológicos. El estudio, que analiza el uso y la confianza en 30 medios de comunicación estadounidenses, pone cifras a una grieta que no deja de ensancharse.

Qué revela el estudio?

El estudio revela que los demócratas tienden a confiar en una amplia gama de fuentes informativas tradicionales, como CNN, NPR, The New York Times, PBS, la BBC o The Associated Press. En cambio, los republicanos se concentran en un número reducido de medios, con Fox News a la cabeza —el 57% dice consumirlo regularmente—, seguido por podcasts como The Joe Rogan Experience o medios digitales conservadores como Newsmax, The Daily Wire o Tucker Carlson Network. Esta divergencia no es nueva, pero se ha acentuado. Si bien un 48% de los demócratas declara informarse regularmente en CNN, solo un 21% de los republicanos lo hace. La tendencia se invierte con Fox News: 56% de los republicanos la consideran una fuente fiable, mientras que el 64% de los demócratas expresa desconfianza hacia ella.

A dot plot showing where regular users of 30 news sources place themselves by party, ideology.

Confianza, desconfianza y desconocimiento

La confianza en los medios no depende solo del consumo, sino también del conocimiento previo. Algunos medios como The Hill o Axios aún no son ampliamente conocidos por el público general. En el caso de The Hill, solo el 37% de los estadounidenses había oído hablar del medio. Sin embargo, en los medios conocidos, el patrón es claro: los republicanos tienden a desconfiar más que confiar en la mayoría de las fuentes analizadas (salvo algunas con sesgo conservador), mientras que los demócratas presentan un comportamiento inverso: confían más que desconfían en la mayoría de ellas.

Pocas zonas de encuentro

Pese a la división, existen ciertos puntos de intersección. Aproximadamente un 20% de los republicanos afirma consumir CNN con regularidad, y un 18% de los demócratas lo hace con Fox News. También hay consumo similar en medios como The Wall Street Journal, Forbes o el New York Post, aunque su peso informativo es secundario frente a los líderes de cada burbuja ideológica. Curiosamente, Forbes aparece como el medio con una audiencia más cercana al perfil ideológico medio del estadounidense, mientras que Breitbart y The Atlantic se sitúan en los extremos opuestos del espectro.

El ecosistema fragmentado de la información

El informe no clasifica el contenido de los medios, pero sí analiza la composición política de sus audiencias. Esto muestra una fotografía preocupante: cada partido vive en un ecosistema informativo propio, con escasa exposición a visiones contrarias. Esta fragmentación no solo refuerza las burbujas ideológicas, sino que dificulta el debate público basado en hechos compartidos.

Creadores de contenido: los nuevos editores de la derecha

Aunque el estudio se basa en medios establecidos, la presencia de creadores de contenido no afiliados a redacciones tradicionales es notable, especialmente entre el público conservador. Ejemplos como The Joe Rogan Experience, Tucker Carlson Network o The Daily Wire no son solo espacios de opinión: para millones de personas, son ya fuentes primarias de información.

The Joe Rogan Experience es una de las fuentes de noticias más consumidas por los republicanos (el 22% dice que la utiliza regularmente) y la segunda más confiable (31%), solo por detrás de Fox News.

Este fenómeno refleja una transformación más profunda: la pérdida de centralidad del periodismo institucional y el auge de una «información a medida», basada en afinidades ideológicas. La credibilidad, en este contexto, no depende tanto del rigor profesional o la verificación, sino de la cercanía del creador con la visión del público.

Mientras los medios clásicos siguen sujetos a estándares editoriales, los nuevos creadores —especialmente en YouTube, podcasts o plataformas propias— operan en un ecosistema con menos controles, pero con mayor capacidad de conexión emocional. Esto reconfigura el mapa informativo, erosiona la intermediación periodística y plantea desafíos urgentes sobre el papel de la veracidad en la esfera pública.