¿Eres de los que cree que teletrabajo significa trabajar en pijama desde la cama? Bien, la realidad es muy distinta, y es que si nos ponemos a trabajar cada día en pijama y no adecuamos un espacio para exprimir nuestra concentración al máximo tal y como si estuviéramos en la oficina, acabaremos por darnos cuenta de que nuestra productividad baja, los tiempos de entrega se amplían, y nuestra posición en la empresa ya no está tan asegurada.
Cuando se tiene un piso en Lleida o Girona por ejemplo, pero la mayoría de clientes operan en Barcelona o Madrid, es probable que una vía para no tener que desplazarnos a menudo a la ciudad o para evitar tener que mudarnos sea el teletrabajo.
“El teletrabajo es una opción muy interesante para ganar en comodidad y en sostenibilidad para el medio ambiente”
De todos modos, hay algunas pautas que debemos seguir para no convertir nuestra nueva “oficina” en un lugar totalmente improductivo:
1. Separación de bienes
Nuestro piso en Lleida puede ser exclusivamente nuestro o bien que convivamos en pareja, amigos o en familia. Para cualquier situación debemos separar el espacio de oficina del espacio del hogar. No siempre es posible por cuestiones de espacio o tamaño, pero encontrar un rincón donde instalar nuestro despacho será esencial para no interferir con otras tareas o personas.
El espacio de trabajo debemos interiorizarlo como tal, y acostumbrarnos a que esos metros cuadrados estén dedicados en exclusiva a la concentración y el desempeño de nuestras tareas. De este modo veremos en qué falla y cómo mejorarlo, de este modo iremos retocando el espacio asignado, la orientación y demás detalles que nos ayuden a mejorar nuestra productividad y no dejarnos influir por el “efecto casa”.
2. Formalidad
Es cierto que nadie nos ve en casa, pero vestirse como si fuéramos a ir a la oficina nos dará un plus de concentración que de otro modo perderíamos. Un traje, unos zapatos y la corbata bien atada; o bien una camisa y unos tejanos. Depende de cómo solamos acudir al trabajo cuando vamos a las oficinas de la empresa, pero la idea es mantener esa línea también en casa cuando trabajamos a distancia.
De este modo tendremos un cierto grado de incomodidad y no caeremos en el error de trabajar en pijama, chándal o ropa de estar por casa.
“Trabajar en pijama repercute negativamente en la productividad laboral y en el tono en que atendemos llamadas o redactamos emails”
Nuestra mente asocia pijama a descanso e informalidad, por lo que debemos evitar trasmitir esta actitud durante nuestra jornada laboral. El mejor remedio, vestirse bien para trabajar en casa.
3. Evitar las tentaciones
Si en el trabajo no nos vamos a estirar, en casa tampoco debemos hacerlo por muy cerca que esté la cama. Pese a que haya tareas que podemos realizar estirados en la cama o el sofá como revisar emails o hacer llamadas laborales, esta es una mala costumbre que de nuevo aportar improductividad a nuestro trabajo.
De nuevo nuestra mente es muy fácil que nos traicione, y si estamos relajados en la cama mientras llamamos a un cliente no tendremos esta tensión con la que solemos apretar los acuerdos o con las que rebajamos ciertos presupuestos. Todo ello de nuevo atrae a una divergencia entre los objetivos alcanzados en nuestra versión offline en la oficina frente a la tendencia que iremos marcando en el teletrabajo.
Esto son solo tres consejos, seguro encontráis más, os invito a que compartáis vuestra experiencia con el teletrabajo. ¡Os esperamos!