Fotorreporteros de guerra (5): David Douglas Duncan

David Douglas Duncan / Jorge Zapata/European Pressphoto Agency

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Editor’s Choice #12

El fotoreportero por excelencia. David Douglas Duncan se inició en la fotografía en 1937 con una pequeña cámara que le había regalado su hermana. Realizaba reportajes en México y el Caribe documentando historias que luego vendía a los periódicos dominicales de Estados Unidos hasta que en 1942 fue reclutado para la Infantería de Marina de la Reserva y entre 1943 y 1946 sirvió como fotógrafo de combate y soldado en el Pacífico Occidental. Cuando se retiró en 1946 del ejército había sido condecorado con un Corazón Púrpura, la Legión del Mérito, seis Estrellas de la Batalla, tres Medallas del Aire y dos Cruces de Vuelo. Estuvo a bordo del USS Missouri durante la rendición japonesa pero será recordado por su amplios reportajes de la guerra de Corea recogidas en el libro ‘This is war’, cuya recaudación se destinó a las viudas e hijos de los soldados muertos en combate. Sus imágenes recogen las expresiones de los soldados exhaustos por la batalla o tristes por la pérdida de un compañero. Haber vivido durante tres años los horrores de una guerra, las penúrias y los vaivenes impregnaron sus imágenes de humanidad. Fue el pionero en el retrato humano de un soldado.

«Mostrar algo de lo que un hombre sufre cuando su país decide ir a la guerra»

Herido por una mina que explotó debajo de la ambulancia que conducía, se da cuenta que su compañero ha muerto. Corea, 1950. Foto: LIFE

Tiene el honor de haber recibido la Medalla de Oro Robert Capa de 1967. De la guerra de Vietnam también tiene dos libros publicados, ‘De protesta’ de 1968 y ‘Guerra sin héroes’ de 1970, pero el objetivo era además de mostrar imágenes de la guerra, una denuncia al gobierno de EE.UU sobre cómo se estaba manejando.

«Esta es la mejor fotografía que he tomado nunca de civiles coreanos. El padre descendiendo las escaleras con el bebé en brazos mientras los tanques disparan». Foto: LIFE

También será recordado por las exclusivas imágenes que pudo tomar de Picasso en su más estricta intimidad, jugando con sus hijos, de vacaciones, pintando. Su amistad con Henri Cartier-Bresson le abrió las puertas de la residencia-estudio La Californie de Cannes y pudo captar las escenas cotidianas del artista con una complicidad como si fuera uno más de la familia.

 

Pablo Ruiz Picasso juega con sus hijos en La Californie