No es la comunicación, estúpidos
Si eres un spin doctor quizás te salga una ulcéra en el estómago. Y es que una imagen que vale mil palabras. @GuerrayPaz resume de forma magnífica la fotografía ‘campechana’ entre Sarkozy y Rajoy (bromas y memes incluidos):
Foto torcida, flash excesivo, mesa vacía, Sarkozy pequeño, arrinconado, mira raro y Rajoy enorme por la profundidad. pic.twitter.com/xP5Nic3OVb
— Moeh Atitar مو (@guerraypaz) June 29, 2015
El presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, impuso un periodo de reflexión tras las elecciones municipales en España y admitió que tenían «que ser más próximos, más cercanos con los españoles y comunicar más”. La política de mayoría absoluta durante estos últimos años está pasando factura y la parte contratante que se ve afectada es la comunicación. Matar al mensajero es práctica habitual no sólo en España sino en el resto del mundo. Ya no es que ser periodista sea una de las profesiones más peligrosas del mundo. Lo es si eres un spin doctor de un partido político en España.
Casado y las redes sociales del PP
Rajoy ha nombrado a Pablo Casado como el hombre fuerte de la Comunicación del Partido Popular. Era responsable de las redes sociales del partido y ahora lo es del terreno que el presidente del Gobierno cree que es por la que cojea el partido. Casado es lo que para Podemos es Pablo Iglesias en la platocracia que manda el prime time político. De Casado dicen que fue el que ha movido las redes sociales, el Youtube y el SMS para comunicarse con los militantes populares. Pero accede al cargo por su presencia mediática en las televisiones, las mismas que según el presidente del gobierno «han martilleado a los ciudadanos sobre la corrupción» al Partido Popular.
El mismo gobierno con hitos comunicativos como la Ley Mordaza, el Canon AEDE o las presiones a los medios de comunicación, en forma de cambios en la dirección de los medios de comunicación o presiones por parte del ministro Montoro en las cuentas de dichos medios.
Veracidad y transparencia
Almudena Alonso, en un reciente artículo, citaba que estudios como el Authentic Brands que desde hace cuatro años confecciona Cohn & Wolfe afirma que «se pide a la marcas que hagan lo que digan y digan lo que hacen». Hay que ser fieles a principios como la esencia de la marca, la honestidad y la transparencia.
Echar la culpa a la comunicación es uno de los hitos más extendidos en las organizaciones y empresas. «Comunicamos mal» o «No hemos sabido explicar el mensaje» son dos de las excusas más extendidas cuando algo no funciona.
La comunicación no funciona no porque no tengamos suficientes altavoces o tertulianos repartidos por los debates catódicos o radiofónicos. La comunicación no funciona si somos incapaces de asumir lo que muchos periódicos -y medios de comunicación en general- también son incapaces de gestionar: la audiencia está hiperconectada y no bebe de una única fuente. La capacidad de movilización es más grande y los mensajes ya no son unidireccionales. La audiencia no es el experimento de la ‘Naranja Mecánica’ aunque para algunos lo que valga sea la política del plató.
No es la comunicación, estúpidos. Es la forma en la que las organizaciones estructuran su cosmos. No son las herramientas sino como las usamos. No es la mentalidad de los votantes -activistas en potencia- la que debemos cambiar sino la propia mentalidad de los partidos.
Comunicación horizontal
La verticalidad de los negocios de comunicación como los que creó Rupert Murdoch, en magnate australiano en Inglaterra y Estados Unidos, ya no es un modelo a replicar en los próximos tiempos. La jerarquia comunicativa y la verticalidad de los modelos de poder no són eternos. El profesor Manuel Castells introduce una completa reflexión en su libro ‘Comunicación y Poder’: movilidad y autocomunicación de masas. Rapidez, inmediatez, globalidad y horizontalidad. «El modelo nodal de las redes socials nos lleva a un nuevo panorama en el que los ciudadanos construyen mensajes, compiten de tu a tu con los periodistas y los medios de comunicación, y, hace falta decirlo, construyen una alternativa de poder. No es que los de Podemos o Barcelona en Comú tengan más minutos en los platós de televisión. Sólo es que entienden mejor las nuevas dinámicas ciudadanas.
Era premonitorio Enrique Dans –‘El futuro y los partidos políticos frente a la #spanishrevolution’– en 2011: ¿va algún partido a dignarse a escuchar a los ciudadanos? ¿A intentar entender lo que piden? ¿A no reducirlo a críticas banales y a simplificaciones burdas como “es que son antisistema” o “es que no saben lo que piden”?
Manuel Carmena, Ada Colau, Pablo Iglesias, incluso Albert Rivera… «Lo que está sucediendo quizá demostrará que el futuro de las campañas ya no dependerá exclusivamente de las candidaturas con los mejores y más temidos spin doctors, de los más férreos secretarios de organización, con su implacable programación de autocares y aforos, de los más reputados asesores de comunicación o de las más premiadas agencias publicitarias», dice Antoni Gutiérrez-Rubí.
No es la comunicación, estúpidos. No es el nudo de la corbata o cómo muevas las manos en el escenario. Es la veracidad, la transparencia y la credibilidad de tu gestión. Si uno de los principales pecados del periodismo es la excesiva influencia política, uno de los principales pecados de la política es la creencia que todo está en manos de la comunicación.
Y aquí lo mismo Miquel (en Argentina). Conociendo yo los personajes que mencionas por haber vivido allá, y comparando, aquí se vive lo mismo, y como bien sabemos, las nuevas dinámicas nos exponen a todos, en todo el mundo. Y si hay valores que no sobran y van en decadencia son la honestidad y la transparencia, lamentablemente.
Un gran saludo!
Gracias por tu comentario, Poli. Las mismas dinámicas en diferentes zonas geográficas. Es un interesante debate ya que los think tanks y las tendencias en la comunicación se van exportando de unos países a otros. Hay que tener una visión global del problema y soluciones globales.
Exacto, los mismos «patrones de conducta» aunque cambien los terrenos ;-).
Gracias por tu respuesta, coincido plenamente.
Un gran saludo.