Ingrid Beck: «Se puede hacer sátira con todos los temas»

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Ingrid Beck es cofundadora y codirectora de Barcelona, revista satírica argentina creada en 2003 como «una solución europea a los problemas de los argentinos». En un artículo reciente de Olga Jeczmyk nos explicaba la historia de Barcelona y sus paralelismos con la revista francesa Charlie Hebdo.

¿Cómo surge Barcelona?
Barcelona surge a partir de la crisis terminal de la Argentina a fines de 2001. Un grupo de amigos, periodistas y diseñadores, estábamos sin trabajo y empezamos a pensar en hacer una revista política y de humor. De esa combinación de deseos nació esta Barcelona. Eran épocas en las que muchos colegas y conocidos hacían cola en la Embajada de España. Querían irse a Barcelona, considerada la meca para los artistas, los intelectuales… Nosotros no teníamos doble ciudadanía, así que decidimos hacer nuestra Barcelona acá. Demoramos dos años en editarla porque, claro, en 2001 nadie tenía un centavo, el papel subía al ritmo de la inflación y ningún proyecto prosperaba. Recién en 2003 conseguimos un préstamo familiar y salimos a la luz.

«Nosotros no teníamos doble ciudadanía, así que decidimos hacer nuestra Barcelona acá»

En algunos foros hemos encontrado críticas feroces contra la revista. ¿A qué se deben estas opiniones?
No lo sé con certeza, pero me imagino que son personas sin sentido del humor o con miradas muy distintas sobre la actualidad y los medios de las que tenemos nosotros. La sátira, por naturaleza, es ofensiva. Así que bienvenidos los ofendidos. Sobre todo si son fascistas.

Tenéis la sensación de estar en medio del fuego cruzado entre el gobierno y el grupo Clarín?
No creo que estemos en el medio de nada. Somos demasiado pequeños para quedar en el medio. Nosotros nacimos hace 12 años como parodia de Clarín, el diario con mayor circulación en el país. Queríamos desnudar algunas operaciones del periodismo que se autodenomina “independiente” y también batallar a favor del buen uso del castellano, tan demodé en estos tiempos. Seguimos enfrentados a ese periodismo, pero el problema es que Clarín es cada vez más parecido a Barcelona, con lo que nos dificultan bastante el trabajo.

Este Gobierno también se ha enfrentado a Clarín y, en ese sentido, a veces nos paramos en ese lado de la vereda. Cada vez menos veces. Y la guerra desatada entre los dos nos supera ampliamente. Más que en el medio, somos rehenes, como la mayoría de los argentinos.

¿Qué tema crees que toca más la fibra de los argentinos?
Sin duda, la economía. Pero no el debate sobre la economía. La plata que tenemos en el bolsillo. Creo que está en el top 1 de las preocupaciones de los argentinos.

La portada sobre el Papa Francisco fue vuestro último desencuentro con parte de la opinión pública argentina.
Me imagino que sí. Lo de “la opinión pública argentina” nos queda un poco grande, la verdad. Creo que el tema se amplificó porque aparecí en un programa de tv con un pseudoperiodista que me insultó al aire. El video de esa “pelea” se hizo viral y los ultracatólicos decidieron agarrársela conmigo y con la revista. Fue solo un momento y espero que haya servido para vender más ejemplares.

¿Se puede hacer sátira de todos los temas? ¿Hay límites?
Se puede hacer sátira con todos los temas. No hay límites. Nosotros no nos ponemos límites. La clave es qué estás diciendo, qué querés transmitir con eso que satirizás. Si hacés sátira desde el poder, sos un cínico. Si te reís de los débiles, sos un cínico. La sátira -y el periodismo, que es lo que hacemos a fin de cuentas- debe ser crítica con el poder. O pierde sentido. Yo tengo mis límites, por supuesto. Pero no creo que nadie, persona, institución o Estado deba poner límites a la sátira, al humor o a cualquier tipo de expresión no violenta.

«Si hacés sátira desde el poder, sos un cínico. Si te reís de los débiles, sos un cínico»

Ahora estáis viviendo el caso Nisman. ¿Cómo enfocáis este tema?
Estamos en plena labor. Es muy difícil (más allá de las enormes dificultades de análisis del caso, claro), tratándose de un quincenario, seguir un tema que cambia minuto a minuto. Lo más llamativo para nosotros, en relación con lo que hacemos en Barcelona, es el cruce de operaciones entre los medios (más las del Gobierno y la oposición política) que hace que nada sea creíble. Vivimos en el reino de la desmentida. Y los periodistas se han convertido en estrellas, algo contra lo que nosotros militamos fervientemente. Preferimos que la estrella sea la información. Pero, ya ves, vamos de derrota en derrota.

«Los periodistas se han convertido en estrellas, algo contra lo que nosotros militamos fervientemente»

He leído en alguna entrevista anterior que «cada número puede ser el último». ¿Cóomo se financia una revista como Barcelona?
Se financia con las ventas y con la publicidad. Nada de todo eso alcanza y hoy la revista es deficitaria.

¿Se puede buscar el equilibrio entre la independencia y la financiación sostenible?
Hasta ahora no lo hemos encontrado. Es la fórmula de la felicidad.

Con temas polémicos como los que tratáis, ¿cómo se decide el enfoque?
Los temas de tapa y contratapa, sobre todo, se deciden en reunión de sumario y por consenso. Discutimos hasta que estamos todos de acuerdo. La pregunta, como te decía antes es “qué queremos decir con esto”.

¿Cómo habéis vivido el caso de Charlie Hebdo?
Fue muy impresionante. Y es un honor que hayamos sido la referencia argetina para esa revista. Os han entrevistado de todas partes y en todos los medios para que demos nuestra opinión sobre los límites de la sátira. Siempre respondemos lo mismo: no hay límites. Hicimos una tapa dedicada al Charlie Hebdo. Por primera vez cambiamos nuestro nombre (quedó “Cherlie Hebdona”) y nos opusimos a la idea de que el humor mata.

¿El caso francés os hace replantear si es adecuado publicar algún tema por temor a represalias o actos vandálicos?
No, en absoluto.

Después de más de 12 años, ¿ha valido la pena la lucha continua?
Por supuesto. Si seguimos haciendo Barcelona es porque queremos. No nos da ni fama ni dinero, así que… Trabajar con amigos y haciendo lo que nos gusta es el premio.


15 Comments

Liliana Saligari 6 febrero, 2015 - 21:37

Excelente nota. Ingrid Beck es una de las representantes más lúcidas e inteligentes del periodismo argentino. La revista abre mentes alrededor de las noticias desde una perspectiva innovadora y coherente. Ayuda a pensar la realidad sin dogmatismos y eso, se agradece.

Miquel Pellicer 6 febrero, 2015 - 23:01

Muchas gracias, Liliana. Gracias por tu comentario. Efectivamente, hablar con Beck ha sido una experiencia muy gratificante y una forma de conocer las interioridades de la revista Barcelona. Espero que sigas mi blog de forma continua. ¡Un saludo!

Jodi 9 marzo, 2016 - 00:35

En que planeta vivis vos?

Jodi 9 marzo, 2016 - 20:53

Se puede y se debe hacer satira de todos los temas por supuesto que si, pero se debe tener respeto por los otros llamese el rey o el limpia botas. Se llama tolerancia el hecho de que aunque no compartamos las mismas opiniones de otros aun asi respetamos esas opiniones.
La satira es majestuosa cuando se hace con clase es por lo contrario repugnante cuando es vulgar y comun de barrio bajero. Cuando nos sentimos tan propios a satirizar debemos estar prontos a ser satirizados. cosa que la senora Beck no tolera cuando es a ella a quien se satiriza. Escribir en una revista de medio pelo es algo que cualquiera puede hacer, no obstante escribir con altura y clase, satirizar de temas que no nos complacen y aun mostrar sutileza eso es solo para los eruditos y los pensadores magnificos que pueden satirizar con palabras intangibles. No soy ni catolixca ni apoyo a papa, soy un ser humano que cree en el respeto.

ernesto morales 5 marzo, 2015 - 14:06

Un caso susceptible de ser analizado, en clases de Deontología periodistica estamos analizando este debate, es bueno escuchar a las dos partes, gracias desde Colombia

Miquel Pellicer 6 marzo, 2015 - 09:19

Gracias, Ernesto. Sí, es un caso para estudiar por sus controversias y las opiniones que se producen. Celebro que os guste el artículo. ¡Saludos y un abrazo!

Cástor 22 febrero, 2016 - 17:30

Yo creo que el periodista que la entrevistó en el asunto concerniente al Papa, tenía toda la razón. No se puede hacer humor de todo lo que queramos… Se insulta, se blasfema, se ofende al representante de su dios en el mundo,,, pero como se dice que se hace con humor » se permite y no hay nada que decir» —- Pues no, señora,, todo tiene un límite y ese límite Vd. lo ha traspasado ámpliamente…De verdad,, Vd debería pedir disculpas y perdón a todos los cristianos que creemos en la religión católica y que consideramos al Papa el representante de nuestro Dios en la tierra…
Vd. puede ser una buena periodista, no lo dudo,, pero la decencia , el decoro , la buena aducación y el respeto por las creencias y símbolos en los que los demás creemos; deberían estar por encima de su reputación y valía a los ojos de quienes son sus seguidores…

Epigmenio Montealbán 3 marzo, 2016 - 15:17

Gracias por la entrevista que le ha realizado a la señora, sin embargo me llama mucho la atención que siendo ella tan «abierta» a la sátira, se moleste cuando hacen comentarios sobre su persona. Acaso a quienes critica, no son personas? Creo que valdría replantearse el género «sátira» y emplear un poco de respeto.

Miquel Pellicer 3 marzo, 2016 - 17:36

Gracias por la respuesta.

J.F. 14 septiembre, 2017 - 00:39

Sátira sobre todos los temas , sin respeto ninguno ,………para poder sacarse unas pocas monedas para ir tirando un día mas en su miseria moral.
Pero cuidado, no ironices ni hagas chanzas sobre ella que eso no le gusta.

Silvia Klapmeyer 24 septiembre, 2017 - 01:47

Senora Becker,

Es usted una ignorante, irrespetuosa, una pobre excusa de ser humano.
Le ha faltado usted al respecto a la comunidad católica apostólica del mundo.

norberto 30 noviembre, 2017 - 15:27

bien lejos de mi señora becker , usted y ni una menos bien lejos de mi , fuera fuera

Isa 14 febrero, 2018 - 13:00

Nada que admirar, nada que aplaudir…Esta gente sirve para ser ejemplo de lo bajo que puede caer una persona si no tiene el menor respeto hacia los demas, y tambien sirven para tomar conciencia de hasta donde esta el limite de la libertad de expresion….el respeto. Mas le valdria reconocer su error y pedir disculpas, quizas asi, demuestre un poco de dignidad porque de lo contrario da verguenza ajena…Nada que admirar, algo que aprender si.

Byron Uribe 20 marzo, 2019 - 16:04

Qué curioso que Ingrid Beck diga que «en un programa de tv un pseudoperiodista me insultó al aire». Cómo puede insultarla si sólo está expresando libremente lo que piensa. ¿Por qué para referirse a Ingrid Beck están los límites del respeto a la persona, o a su condición de periodista? ¿Con qué derecho le dice pseudoperiodista al profesional que la confronta?
Su sentido del humor es necrofilia publicitaria; su forma de expresión es inculta, y los temas sobre los que se pronuncia tienen un interés amarillista y meramente económico, de motivar a personas sin una conciencia diferenciada a comprar sus pasquines.

Minouche 1 agosto, 2019 - 11:32

Esta mujer Es genial!!Y le?da?con todo a Los bigotos»..

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