10 ejemplos de impostura fotográfica
Editor’s Choice #50
Conservo en mi libreta de apuntes (sí, de papel y con anotaciones a mano porque sé que no se me va a ‘colgar’ en ningún momento) una columna que escribió Quim Monzó el 24 de septiembre de 2014 titulada ‘Palmo más, palmo menos‘. En ella relata la inauguración de una escultura de bronce en una plaza de Caen, en Normandía, del escultor Seward Johnson en la que aparecen un marinero y una infermera besándose tal cual la fotografía que tomó Alfred Eisenstaedt en Nueva York en 1945, el día de la victoria de Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial. El artículo de Monzó versa más sobre lo que explica el diario italiano La Stampa que relata la similitud de la escultura con una fotografía de Robert Doisneau en la que aparece una pareja besándose titulada ‘Le baiser de l’hôtel de ville‘, que Doisneau hizo repetir a la pareja para hacer la foto, por lo que podría entenderse que fue un poco impostada. Lo grave, sigue Monzó, es el equívoco en el que ha caído quien ha escrito la crónica en La Stampa pues no se parecen en nada.
Todo esto viene a cuento porque el artículo finaliza con una serie de ejemplos de imposturas fotográficas como la que destacamos en el Editor’s Choice #39 cuando hablados del debate sobre la ética en el fotoperiodismo, de la fotografía de los soldados americanos levantando una bandera en el monte Suribachi en la isla de Iwo Jima.
La manipulación en la fotografía se remonta a su propia invención. Utilizado para fines políticos o propaganda, los gobernantes siempre han querido amoldar la realidad a su visión para sus propios intereses. Para parecer más altos o para eliminar a alguien de la foto, para declarar una guerra o para influir en la opinión pública. En un magnífico artículo de Miquel Pellicer en este mismo blog se destacaba que «la audiencia está hiperconectada y no bebe de una única fuente. La capacidad de movilización es más grande y los mensajes ya no son unidireccionales».
Mientras en los laboratorios fotográficos de medio mundo se manipulaban las fotos de los dirigentes, esta semana hemos podido ver la foto de la tasca donde Rajoy invitó a comer a Sarkozy, en la que no hay manipulación alguna aunque parece que la haya como bien dice Moeh Atitar, fotógrafo: «Foto torcida, flash excesivo, mesa vacía, Sarkozy pequeño, arrinconado, mira raro y Rajoy enorme por la profundidad».
Es por eso que dedicamos este artículo a repasar las imágenes que los mandatarios han pedido modificar fotografías para mostrar al pueblo sus logros o para ocultar sus carencias. Además también destacaremos como anexo la magnífica recreación que hizo el fotógrafo Joan Fontcuberta como si fuese un cosmonauta ruso desaparecido en una misión, con él mismo insertándose en imágenes históricas como el comandante ruso Ivan Istotxnikov.
Tomando como tema de fondo la carrera especial entre Estados Unidos y Rusia, Joan Fontcuberta recrea la historia de un cosmonauta perdido en el espacio que el régimen ruso decide suprimir de todos los archivos para tapar el fracaso. La misión fallida de las naves Soyuz 2 y Souyz 3 es el punto de partida de la excelente recreación. Él mismo es el modelo del piloto Ivan Istotxnikov.