Censura en Internet: se multiplican los métodos de manipulación informativa
Los gobiernos de todo el mundo han aumentado drásticamente sus esfuerzos para manipular la información en las redes sociales durante el año pasado. Los regímenes chinos y rusos fueron pioneros ya hace una década en el uso de métodos para distorsionar los debates online y reprimir la disidencia. El problema es que los métodos de censura en las redes sociales y en la Red, en general, se han vuelto una práctica global. El informe ‘Freedom on the Net 2017‘ es muy claro: Por séptimo año consecutivo se detecta una disminución general de la libertad en Intenet.
Según el informe realizado por la ONG Freedom House, «la manipulación y la desinformación en línea jugaron un papel importante en las elecciones en al menos 18 países durante el año pasado, incluyendo el Estados Unidos». Se ha registrado un aumento de los ataques físicos y técnicos sobre los defensores de los derechos humanos y medios de comunicación independientes.
«Los comentaristas pagados, trolls, bots, sitios de noticias falsas y medios de propaganda fueron algunas de las técnicas utilizadas por los gobiernos estatales para inflar su apoyo popular y esencialmente avalarse ellos mismos», indica el informe. Hasta 30 países han sido identificados en un informe publicado como sujetos de prácticas restrictivas de la neutralidad y la trasparencia en la red. No sólo es cuestión de hablar de Rusia. La censura en la Red se multiplica.
Además, «un número sin precedentes de gobiernos han restringido el servicio de Internet móvil por razones políticas o de seguridad, a menudo en zonas pobladas por minorías étnicas o religiosas». China, Siria y Etiopía tienen el dudoso mérito de estar en el podio de los países en los que la censura en la Red se produce con mayor virulencia.
«Los gobiernos están usando las redes sociales para reprimir la disidencia y promover una agenda antidemocrática»
La directora del proyecto ‘Freedom on the Net’, Sanja Kelly, ha afirmado que los gobiernos «están usando las redes sociales para reprimir la disidencia y promover una agenda antidemocrática». «No solo es difícil detectar esta manipulación, sino que es más difícil de combatir que otros tipos de censura, como el bloqueo de sitios web, porque está dispersa y debido a la gran cantidad de personas y bots desplegados para hacerlo», ha destacado Kelly.
El uso de “noticias falsas”, cuentas automatizadas a través de bots y otros métodos de manipulación ganó especial atención en los Estados Unidos. A pesar que la libertad de prensa es fundamental en la Constitución americana y los medios mantienen una elevada independencia, el informe revela la preocupante proliferación del fenómeno de las fake news y la creciente agresividad contra los periodistas, sobre todo, durante la última campaña electoral que enfrentó a Donald Trump y Hillary Clinton.
La censura y la manipulación en la Red se hace más compleja. La manipulación en línea se pluraliza. Tanto los actores estatales y no estatales están creando cada vez más cuentas automatizadas en las redes sociales para manipular las discusiones en línea. En al menos 20 países, los patrones característicos de la actividad en línea sugiere el uso coordinado de estos bots para influir en el discurso político. Miles de nombres falsos y los perfiles se pueden implementar con el clic de un ratón, mediante algoritmos programados para centrarse en ciertas voces críticas o palabras clave.
Métodos variables
La “democratización” de la producción de contenidos y la centralización de los canales de distribución en línea como Twitter y Facebook ha revolucionado la industria de los medios de comunicación, y una consecuencia no deseada ha sido la proliferación de información falsa noticia-intencionalmente falsa que ha sido diseñado para parecerse a las noticias. La sofisticación de los métodos de guerra mediática se pueden comprobar a diario con metodologías desarrolladas a través de algoritmos en medios sociales y motores de búsqueda para llegar a grandes audiencias y engañar a los consumidores de noticias.
De la misma forma, el informe contempla cómo los gobiernos estatales siguen restringiendo el uso de Internet y redes sociales en largos periodos de tiempo, así como periodos especiales en los que hay acontecimientos o elecciones. La transformación digital, por otro lado, también se asoma en los datos recogidos por Freedom House.
El informe describe las variadas formas que adopta esta manipulación. En Rusia, las ‘granjas de trolls‘ son financiadas por empresarios próximos al presidente Putin. En Filipinas, se manifiesta como un «ejército de teclado» al que se paga 10 dólares por día para operar cuentas falsas de redes sociales, que apoyaron a Rodrigo Duterte en el período previo a su elección el año pasado, y respaldó su ofensiva contra el narcotráfico este año.
El partido de Erdogan en Turquía alistó a 6.000 personas para manipular las discusiones, impulsar las agendas y contrarrestar a los opositores. El enfoque del gobierno de Sudán es más directo: una unidad dentro del servicio de inteligencia del país creó cuentas falsas para fabricar apoyo para las políticas gubernamentales y denunciar a los periodistas críticos.
El presidente de Freedom House, Michael J. Abramowitz, asegura que «el uso de comentaristas pagados y bots políticos para difundir propaganda gubernamental fue iniciado por China y Rusia, pero ahora se ha vuelto global». «Los efectos de estas técnicas de difusión rápida sobre la democracia y el activismo cívico son potencialmente devastadores», añade Abramowitz.