Semafor, el medio que combina periodismo y eventos

Fundado por Justin y Ben Smith, este medio de comunicación se consolida como una plataforma híbrida de noticias y encuentros de élite en Washington
Los Smiths fundaron Semafor hace tres años con un objetivo ambicioso: crear el medio de referencia para una audiencia global de líderes educados y angloparlantes. Lo que nació como una apuesta innovadora basada en newsletters especializadas ha evolucionado en una fórmula híbrida: un medio de comunicación que combina periodismo y organización de eventos de alto nivel en Washington D.C., en un intento por construir su propio «Davos de D.C.». Tres años después, la visión de Ben Smith y Justin Smith no solo sigue en pie, sino que empieza a consolidarse como un modelo de éxito.
Más allá de las cifras, Semafor representa una respuesta pragmática a los desafíos actuales del periodismo: combinar contenido de calidad, audiencias de alto valor y eventos presenciales en torno a temas globales estratégicos.
El World Economy Summit, organizado recientemente en la capital estadounidense, es el mejor ejemplo de esta evolución. Más de mil asistentes, entre diplomáticos, ejecutivos y periodistas, se reunieron en un ambiente que, según quienes estuvieron presentes, parecía un universo paralelo donde todavía dominan el respeto por el libre comercio y el internacionalismo, alejado de las dinámicas políticas impuestas por Donald Trump y sus seguidores.
Semafor, pese a estas transformaciones, insiste en que el periodismo sigue siendo el núcleo de su propuesta. Según sus fundadores, el objetivo de cada evento no es solo la conexión entre líderes, sino generar noticias relevantes a partir de entrevistas en directo con figuras influyentes del ámbito político, económico y cultural. Ejemplos recientes incluyen declaraciones destacadas del ministro de Finanzas de Alemania o del presidente de Netflix, Ted Sarandos, que tuvieron eco en medios internacionales.
Fuentes de ingresos
Sin embargo, hay quien percibe a Semafor de otra manera. Algunos rivales en el sector ven a la compañía como un organizador de eventos de lujo, que utiliza el periodismo como excusa para reunir a poderosos y vender patrocinio a grandes corporaciones. De hecho, el modelo de negocio de Semafor depende principalmente de la publicidad y el patrocinio de eventos, no de las suscripciones de pago, aunque los Smiths no descartan explorar esta vía en el futuro.
Desde su nacimiento, Semafor ha recaudado 35 millones de dólares y cuenta hoy con un equipo de 50 periodistas y otros 50 profesionales dedicados al área comercial. Aunque su ambición inicial era llegar a cientos de millones de lectores, pronto ajustaron su enfoque para construir una comunidad más exclusiva de líderes de opinión. Su redacción incluye nombres de peso como Liz Hoffman (ex Wall Street Journal) y Dave Weigel (ex Washington Post), y ha conseguido hacerse un hueco en la cobertura política de Washington gracias a sus exclusivas en el Senado y la Cámara de Representantes.
La internacionalización fue otra promesa fundacional. Desde su lanzamiento, Semafor ha establecido equipos en África subsahariana y el Golfo Pérsico, aprovechando espacios con menor competencia mediática. Según Justin Smith, esto les ha permitido experimentar con un modelo de periodismo global desde mercados emergentes.
Eventos de alto nivel
Pese a estos esfuerzos, el mayor impacto de Semafor proviene de sus eventos. El World Economy Summit, que empezó con la presencia de cinco CEOs de empresas del Fortune 500, hoy convoca a más de 200. A diferencia de otros foros, no se cobra entrada; el negocio reside en los patrocinios, que asocian sus marcas a debates de alto nivel sobre el futuro económico mundial. Aunque las compañías patrocinadoras pueden contar con pequeños espacios de contenido personalizado, los Smiths subrayan que no intervienen en la programación editorial principal.
Entre los patrocinadores y co-chairs del último Summit figuran nombres de primer nivel como David Rubenstein, Penny Pritzker, Ken Griffin y Henry Kravis, una muestra del capital relacional que Justin y Ben Smith han cultivado durante décadas. Aun así, el contexto político actual, marcado por la polarización y el desprecio hacia medios no alineados con la derecha, limita el alcance real de su influencia en la administración Trump.
Semafor se presenta como una especie de refugio para un establishment global desplazado, donde exlíderes, diplomáticos y empresarios siguen intentando marcar la agenda internacional. Aunque algunos cuestionan su verdadera relevancia política, su modelo de negocio muestra una resiliencia notable en tiempos en que el periodismo tradicional lucha por su supervivencia financiera.
En cuanto a resultados, los Smiths afirman que Semafor ha logrado duplicar sus ingresos anuales y que la empresa fue rentable durante el primer semestre del año. No obstante, reconocen que en el sector de los eventos, los márgenes de beneficio son tradicionalmente bajos, y la verdadera sostenibilidad a largo plazo requerirá seguir innovando en su oferta editorial.
Más allá de las cifras, Semafor representa una respuesta pragmática a los desafíos actuales del periodismo: combinar contenido de calidad, audiencias de alto valor y eventos presenciales en torno a temas globales estratégicos. En un mundo mediático en crisis, puede que no sea la revolución que muchos esperaban, pero sí una adaptación inteligente a una nueva era de la comunicación.