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¿Y ahora qué? De becario a periodista


Una imagen clásica del periodistaAviso para navegantes de Ryszard Kapuscinski: el periodismo «es exigente, sacrificado, exige mucho de nuestro tiempo y de nuestra virtud de seguir aprendiendo día tras día». Añadiría yo que la curiosidad es una norma básica de este oficio.

Éstas deberían ser las advertencias en todos los trípticos de los planes de estudios de las facultades. «Prohibido no ser curioso», al lado del cartel de la entrada de «apaga tu móvil y no comas en clase».

No es ninguna exageración contemplar como en los medios de comunicación se suceden las procesiones semestrales de alumnos en prácticas con un instinto de curiosidad nula. Por cada alumno aplicado, aparecen unos cuantos con una especie de urticaria a las páginas de los diarios o a las publicaciones digitales. Es todo un misterio entender qué hacen en las facultades de Comunicación. ¿Son espías? No, becarios, estudiantes en prácticas, aprendices, pinches, proyectos de… muchos sinónimos para este colectivo que, no obstante, es muy heterogéneo y, afortunadamente, con intereses y vocaciones muy distintas. Tengo la sensación desde hace mucho tiempo que vale la pena organizar cuatro ideas que pueden ser muy útiles para todos aquellos que empiezan en la profesión.

Fundamental que el futuro periodista lea los siguientes puntos y los ponga en práctica cuanto antes:

1. La experiencia lo es casi todo. «Este oficio se aprende con la práctica», dice el periodista de El País, Enric González. Se aprende pisando la calle, pasando muchas horas en callejuelas, edificios gubernamentales, en barrios y barriadas, escribiendo sobre qué sucede en nuestro entorno. No son tiempos para el copy+paste de comunicados de prensa o textos de agencia. Una vez, una compañera de facultad me explicó que se hizo periodista para estar más cerca de los lugares donde pasaban cosas que le interesaban. Las ganas de conocer, otra vez, son fundamentales para salir a la pista de baile y explicar historias. No te creas que lo sabes todo. Siempre estarás en constante aprendizaje.

2. El periodista ya no necesita ni una redacción ni una cabecera. Él es el medio. Apunto una consideración que hizo Sílvia Cobo en su blog a partir del estudio State of News Media 09 en el que se apuntaba la idea que «el poder está pasando al periodista individual, alejándose de las organizaciones periodísticas». Hace unos años hubiera sido impensable que un estudiante de periodismo tuviera una opinión formada sobre determinados temas y los publicara. Hoy en día, para un alumno, tener blog es fundamental.

Neil McIntosh, editor de The Guardian, escribió en su blog que cuando entrevista a candidatos para vacantes de periodismo digital, espera que le muestren su blog: «No hay excusa para que un estudiante de periodismo que quiera trabajar en Internet no tenga uno» [Y Google, ¿cómo lo haría? por Jeff Jarvis].

La tecnología permite tener una identidad estructurada en la red y, lo más importante, permite expandirla. En la actualidad, el camino y la precarización laboral es igual o peor pero si eres suficientemente espabilado, puedes construirte un nombre.

3. Sé tu propia red social. La identidad digital se compone de multitud de pequeños nodos de personalidad en los que la coherencia, el sentido común y la interacción deben ser las señas de identidad de todos los perfiles en los que estés.

A menudo pregunto a algunos becarios y casi siempre anteponen Facebook a Twiter. Grave error. Creo que las prioridades en este período de aprendizaje deben ser: Twitter, Linkedin, Google+, Pinterest y Facebook. En cada uno puedes desarrollar contenidos diferentes, aunque debes mantener una personalidad homogénea y una reputación online consistente. Nada de comentarios fuera de tono, fotos de borracheras, enlaces que inciten a la violencia o que agudicen los ‘pecados’ de otros compañeros. Lo de rajar déjalo para los trolls. Comparte puntos de vista, enlaces, intenta mejorar con la cultura del link y aprende de lo que te ofrecen el resto de seres humanos.

4. Debes ser emprendedor. Hay muchas formas de serlo pero lo más importante es entender cómo se construye un producto comunicativo. ¿Por qué no promueves un proyecto periodístico en tu comunidad? Lo local se hace global. Fundar un proyecto sirve para entender las diferentes partes de una empresa comunicativa. Recuerda que debes caer, equivocarte y rascarte las rodillas para entender la vida.

5. Especializarse pero con espíritu de bambú. Sentimos pasión por determinados temas. Nuestra especialización es inevitable pero debemos tener la misma flexibilidad que tiene una caña de bambú porque eso marcará la posibilidad de no cerrarnos puertas en el futuro.

6. Experto en nuevas tecnologías. Debemos ser potentes y fuertes en el uso de instrumentos digitales. La competencia es feroz y debemos ser rápidos, ágiles sin olvidar lo fundamental de la profesión: contrastar la información. Debemos tener la seguridad que lo que decimos está fundamentado. Ahora bien, debemos resquebajar las rocas más áridas, en los lugares más inóspitos. Actualmente conocer el entorno digital nos dará un plus en nuestra eficiencia.

7. Escucha la audiencia. El periodista actual no puede entender su medio y su trabajo sin la audiencia. Eso que determina el éxito o el fracaso de una publicación es la audiencia, lo que se ha convertido en un juez permanente, un ojo crítico pero también un apoyo y una fuente de información.

8. Haz que tu audiencia participe. Los medios de comunicación dan mayor importancia cada vez más a la participación del espectador. Existe el feedback en tiempo real, del mismo modo, que tus lectores pueden ser de gran ayuda para construir información, para buscar fuentes, para completar tus reportajes. En 1991, Kapuscinksi decía que «no hay periodismo posible al margen de la relación con el resto de seres humanos». Las redes sociales son recientes y nos ayudan en este objetivo participativo para la necesidad de interrelación existe desde los principios de la Humanidad. Debemos informar y ser un buen servicio para nuestra sociedad.

9. Debes ser crítico. Hay que desconfiar por sistema del trabajo masticado. Pongamos que pongo por caso comunicados de prensa, agencias, gabinetes de comunicación, etc. Tenemos que ser críticos y aprender a contrastar.

10. Escucha la voz de la experiencia. El periodismo se renueva y debemos ser críticos pero es un viejo oficio en el que debemos aprender mucho de los veteranos. En la convergencia tecnológica de las redacciones debe confluir también una mezcla entre lo nuevo y lo viejo. La fórmula veteranía y juventud funciona y es necesaria.

11. Ser honesto. Quizás debería ser la primera consideración de esta lista. La honestidad tiene que ver con conocer nuestros límites y contexto ideológico. El periodista no pueden abandonar su ideología pero debe limitarla. Debemos cumplir el código deontológico y huir del hooliganismo que empaña nuestra profesión.

12. ¿Eliges la pastilla azul o la roja? Quizás ya es una referencia cinematográfica un poco antigua pero, ¿recordáis ‘The Matrix’? El protagonista, Neo, tenía que escoger entre una pastilla azul y una roja. La azul lo devolvía al mundo del que venía; la roja, le abría la mente para llevarlo a un estado de conciencia auténtico. En este caso, debemos elegir entre hacer periodismo costumbrista o verdadero periodismo; aquél que es intencional, que se fija el objetivo de provocar algún tipo de cambio: Twain, Hemingway, Xammar, García Márquez, Leguineche, Ramón Lobo, Bru Rovira… nombres propios de una escuela común del buen periodismo que sirve para remover conciencias.

No creo demasiado en los libros de autoayuda. No he querido, por tanto, hacer un artículo sobre autoayuda periodística. Más bien, una pequeña aportación para los que empezáis en esta profesión que actualmente vive en un período de redefinición. En la profesión debemos buscar la excelencia y ésta sólo se consigue con la constante mejora, el aprendizaje continuo y la curiosidad para seguir creciendo.

[Artículo remasterizado – escrito originalmente en noviembre de 2009 en assajos.cat.]


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Miquel Pellicer

Periodista y antropólogo. Nacido el año en que murió Elvis. Educado en los medios de comunicación locales, es autor del blog MiquelPellicer.com. Actualmente, director de Comunicación Digital en la Universitat Oberta de Catalunya (UOC). Anteriormente, director de Innovación de Interprofit; director de Estrategia y Comunicación en Grupo Lavinia. Otras palabras clave de su currículum: FC Barcelona, Mundo Deportivo, Ayuntamiento de Barcelona, Enderrock, Transversal Web. Galardonado en los Premios Blocs Catalunya 2010 y miembro fundador del BCN MediaLab. Autor de los libros 'Optimismo para periodistas' y 'La Comunicación en la era Trump'.

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9 Comentarios

  1. Alg 8 octubre, 2012

    Salvo matices, totalmente de acuerdo. Eso sí, anteponer Facebook a Twitter no, pero creo que se le rebaja demasiado en el artículo. A día de hoy, por experiencia, un medio de comunicación que gestione bien los dos canales recibe muchas más visitas por FB que por Twitter.

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    1. Miquel Pellicer 8 octubre, 2012

      Gracias por el comentario. Me interesan mucho vuestro feedback. El matiz que añado a tu comentario respecto a redes sociales es que no hablo de gestión de redes sociales en un medio de comunicación sino gestión y aprendizaje para perfiles personales y, en este caso, para casos de profesionales que empiezan.

      Responder
  2. zubiriland 18 junio, 2013

    Muy interesante! Yo cuando terminé de hacer mis practicas en periodismo en una emisora de televisión, mientras cursaba el máster en periodismo deportivo de la UIC, pude hacer bastantes contactos y después encontré trabajo. Claro que hay que ser bastante ágil y despierto para destacar entre tantos becarios.
    Joan A.

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  3. Cristina E. Lozano 23 abril, 2014

    Me han encantado tus reflexiones. Muchas gracias por compartirlas 😉

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