Visita a la redacción de The Guardian
Llegas a la estación de Kings Cross, cruzas el andén 9 3/4 por el que empiezan las historias de Harry Potter y en cinco minutos estás en el 90 de Kings Place, la sede de The Guardian y The Observer en Londres. Me he tomado unos días de descanso en la capital británica pero hago un hueco en mi agenda para visitar The Guardian y conocer de cerca su exitoso modelo.
Es el último día del año y la redacción a las 11 de una fría mañana parece que esté a medio gas. No obstante, The Guardian, uno de los principales periódicos en lengua inglesa del mundo no descansa. La enorme pantalla en la recepción en la que se muestran las últimas noticias publicadas en la web son un claro ejemplo que el diario editado por The Scott Trust no sólo vive del papel.
Redacción para inspirar la creatividad
Son días de partidos de la Premier League en las jornadas festivas y nos recibe James Dart, editor de deportes de The Guardian. El periódico ocupa tres plantas del moderno edificio londinense caracterizado por grandes ventanales y cristaleras. En la primera planta, a simple vista, la redacción del periódico inglés no dista demasiado de lo que podría ser una redacción española. No obstante, nos quedamos poco a poco con la decoración colorista, los espacios diáfanos y las salas de reuniones amplias para despertar las ideas de los periodistas. Pasamos por un office-zona de descanso que podría ser perfectamente un Starbucks o un Caffè Nero de la City.
«Más online, menos offline«
En la conversación con Dart resuena el discurso sobre la integración offline-online que ha vivido el periódico en los últimos años. «Cada vez hay más presencia en el online y menos en papel», dice Dart que explica la necesidad que los periodistas «evolucionemos: Estábamos acostumbrados a trabajar unas horas determinadas y en un solo formato y ahora las cosas han cambiado». Han cambiado y se nota hasta en la señalética del edificio anunciando departamentos como ‘Technology and Imaging’ o ‘Digital Development’.
Producción audiovisual
Y 2015 será un año de transición para el periódico londinense. Tras más de veinte años, Alan Rusbridger deja la dirección, dejando tras de sí un enorme legado que ha puesto a The Guardian al mismo nivel que The New York Times o The Washington Post. De hecho, Estados Unidos es una referencia para el diario de Rusbridger: el periódico es más global que nunca abriéndose al mercado norteamericano; por otra parte, es el territorio de los mayores competidores en la producción de contenidos world wide. En la carta en la que anunciaba su retirada, Rusbridger apuntaba que había tenido «el privilegio» de tener uno de esos cargos durante veinte años, «en un periodo en el que los diarios de éxito se han convertido en proveedores de contenidos globales”.
Paseando por la redacción de The Guardian, de hecho, te das cuenta que no es sólo un periódico, es una empresa de producción de contenidos audiovisuales con estudios de grabación tanto para producir vídeos como para su potenciación de podcast. Los estudios me recuerdan a lo que te puedes encontrar en radios como SER-Radio Barcelona o RAC1. Y como una radio, The Guardian también potencia la identificación de sus lectores con el medio.
The Guardian ofrece a sus suscriptores no sólo contenidos sino también servicios plus como reuniones con escritores de éxito o talleres de escritura en las mismas instalaciones, por ejemplo. The Guardian potencia la experiencia del usuario y la potenciación de la mitificación de la marca. Al lector le pides un gasto económico pero le recompensas formando parte de este fenómeno comunicativo.
Al próximo director, la empresa editora le pide «experiencia contrastada, dedicación al periodismo independiente y abierto además de ser un buen embajador de la marca». No obstante, lo principal será tener «visión estratégica» para que el gigante que vive detrás de los cristales de Kings Cross pueda seguir siendo un referente para el periodismo mundial. Guardamos libreta y bolígrafo y seguimos nuestro camino por las calles de Londres. Ha sido una experiencia fabulosa.
Hola Miquel. Estudio Periodismo en Sevilla y sigo mucho sus artículos. Me parece fascinante que haya podido visitar The Guardian. En Marzo voy a Londres y me gustaría saber si es posible la visita como ha hecho usted o como puedo pedir un permiso. Gracias y enhorabuena por su web. Saludos.