Frontline Club: un hogar para periodistas en Londres
La mitad de la plantilla de la agencia de noticias Frontline News TV murió mientras ejercía el periodismo sobre el terreno. Su gerente, Vaughan Smith, decidió fundar en 2003 un espacio en Londres como homenaje a estos profesionales. En resumidas cuentas, así nació Frontline Club, un proyecto que, aunque inicialmente se centraba en quienes cubrían conflictos internacionales, ha ido creciendo desde entonces hasta convertirse en un punto de encuentro para los amantes de la actualidad escrita con honradez. “Somos mucho más que un club para los reporteros de guerra, lo que nos haría correr el riesgo de resultar bastante aburridos. Hablamos de un local social para los miembros de la prensa, sus amigos y todos aquellos que están interesadas en lo que es mejor para el periodismo. Personas en general dispuestas a discrepar amigablemente y a buscar la mejor manera de entender el mundo en que vivimos”, explica el propio fundador.
Más concretamente, Frontline Club presenta dos dimensiones. Por una parte, la que gestiona el establecimiento para restauración y ocio. Por otra, la entidad benéfica que organiza diferentes eventos y jornadas, así como apoya a los periodistas freelance que trabajan en primera línea de los conflictos. Ambas vertientes forman lo que en Reino Unido se entiende como una “empresa social”, la cual es administrada por Vaughan y su mujer, quienes no han recibido un salario como tal por esta labor desde que emprendieron. De hecho, más allá de los beneficios que ahora genera por su propia actividad, la financiación de este espacio también depende del dinero que les reporta una granja que ambos poseen en el condado de Norfolk.
Cómo sobrevivir más de una década en marcha
Vaughan explica que han ido mejorando decoración y cocina del restaurante con el tiempo, ya que este representa la principal fuente de ingresos para el proyecto. De hecho, recientemente han contado con un arquitecto de renombre para renovar su interiorismo y ampliar el negocio con un bar y una entreplanta. “Queremos que a los comensales les guste porque, de este modo, apoyan nuestra función social”, argumenta el propietario.
Sin embargo, el éxito de Frontline Club no solo reside en ello, sino en un valor añadido que los periodistas saben apreciar especialmente. Siguiendo con las palabras de Vaughan: “Aquí pueden socializar e intercambiar ideas con gente que ha viajado mucho y que es tan inteligente como curiosa. Somos como un segundo hogar para ellos cuando están de paso: bien comunicados con el aeropuerto de Heathrow, bebidas y habitaciones con descuento, paredes cubiertas de excepcional fotoperiodismo y una amplia oferta de actividades. De hecho, muchos mantienen gracias a esto su vida social, lo cual es bastante complicado cuando se está de un lado para otro continuamente”.
Un observatorio de la industria mediática
Con todo, Vaughan lleva más de diez años asistiendo desde aquí a la evolución del que también sigue siendo su sector. La agencia de noticias que dirigió en su día fue pionera en el uso de cámaras de pequeño formato y en la apuesta por profesionales freelance con garantías, algo que la industria mediática no le ha reconocido en su opinión. Sin embargo, la rabia se esfumó al fundar Frontline Club y ahora está satisfecho por contribuir a que los profesionales que trabajan de manera independiente sean más reconocidos. “Hemos ayudado a poner a los freelancers en el foco. Además, nos dicen que también hemos hecho mucho por el TEPT o trastorno por estrés postraumático: nada mejor que tomar algo con quienes comparten experiencias similares para aliviar los primeros síntomas de este problema psicológico que padecen muchas más personas de las que nos gustaría”, declara el entrevistado.
La construcción de esta particular casa no ha terminado
Nadie pensó en su momento que podría funcionar, pero Frontline Club no solo sigue en pie, sino que se expande. Actualmente, cuenta con “satélites” en Bucarest (Rumania) y Tbilisi (Georgia), como también ha colaborado en la organización de diferentes eventos por todo el mundo. Y los planes de futuro continúan. “Estamos a punto de lanzar un órgano de representación de carácter internacional para los freelancers que cubren conflictos. Nuestro objetivo es que estén mejor conectados y que tengan más voz tanto dentro como fuera de la industria mediática. Además, nos gustaría abrir sedes de Frontline Club en otras ciudades cuando encontremos fondos para ello. También nos gustaría construir una institución robusta e independiente para apoyar la investigación en cuestiones de interés público. Estamos convencidos de que esto último es de gran importancia”, concluye Vaughan.
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