Cargando

Escribe para buscar

Investigación

Relaciones públicas tóxicas: Uber, Facebook y otras plataformas


El tabaco mata a más personas en un año que el sida, el alcohol, las drogas ilegales, los accidentes de tráfico y los homicidios juntos. Pero tradicionalmente el hábito de fumar ha sido uno de los más potentes a nivel global y una de las industrias con una fuerza de presión lobbista más arraigada. En 2020, El País explicaba que “pese a las leyes antitabaco, que prohíben la publicidad y el consumo en lugares públicos cerrados, por ejemplo, España no se libra de las ‘interferencias’”. La industria tabaquera sigue siendo un lobby importante y como tal, a pesar del impacto en la salud pública, sigue teniendo una participación activa. Del tabaco, al alcohol, a la industria automovilística o la industria de las armas, algunos sectores económicos han usado estrategias lobbistas y las relaciones públicas sobrepasando los límites.

Suscríbete a la newsletter sobre comunicación y periodismo que ya leen más de 1.000 profesionales de medios y empresas

En el siglo XX, la industria tabaquera utilizó como imagen de sus campañas publicitarias a actores, deportistas y sorprendentemente a médicos y enfermeras. Un anuncio de 1946 decía en su campaña: «Veinticuatro horas al día tu medico permanece al pie del cañón; un par de cabezadas de sueño, unas cuantas caladas al cigarro… ¡y ya está listo para seguir su trabajo!». 

Escándalo Dieselgate

En septiembre de 2015, las autoridades de Estados Unidos destaparon el escándalo de emisiones contaminantes del consorcio alemán. Volkswagen llevaba años engañando a las autoridades y a los clientes. 11 millones de vehículos fueron manipulados para ocultar que contaminaban mucho más de lo permitido. Y se tejió un plan para proteger la mentira. Plan que implicaba la alta dirección: empezando por su presidente ejecutivo Martin Winterkorn. Winterkorn acordó un plan de acción que involucraba continuar encubriendo la existencia de los dispositivos de engaño. La estrategia fue ocultar la patraña y desmentirlo. Pero la mentira salió a la luz y los efectos fueron devastadores para la compañía. En Estados Unidos, los recientes tiroteos masivos en lugares públicos o escuelas no frena la adquisición de armas ni limita el uso, a pesar que la mayoría de los grandes asesinatos se hayan perpetrado con armas de asalto -tipo AR-15-, que poco tienen que ver con la defensa personal o de las propiedades.

Las armas de fuego mataron a más niños y adolescentes en 2020 que los accidentes automovilísticos, que durante mucho tiempo habían sido la principal causa de muerte entre los jóvenes, según un análisis de The Washington Post

La mitad de los estadounidenses apoyan una limitación de este tipo de armas pero el potente lobby armamentístico, con la Asociación Nacional del Rifle (NRA) a la cabeza ejerce una enorme presión sobre los políticos republicanos. La NRA gastó en 2019 3,22 millones de dólares para beneficiar las campañas políticas de los senadores que se oponen a la legislación sobre seguridad de armas. En 2020, gastaron 2,20 millones. Estos senadores se niegan a apoyar una reforma de armas de sentido común, como expandir las verificaciones de antecedentes y prohibir las armas de asalto.

Tremendo viaje con Uber…

Estos días han salido a la luz más de 124.000 documentos sobre las relaciones públicas y las estrategias de la companía de transporte Uber. Más de 180 periodistas de 44 medios de comunicación, incluidos The Guardian, Le Monde, The Washington Post, El País o la BBC, han colaborado en una serie de informes de investigación sobre cómo las tácticas despiadadas de Uber lo ayudaron a afianzarse en ciudades cruciales de todo el mundo. Es una filtración de centendares de miles de documentos que tienen su origen en Mark MacGann, ex ejecutivo de la compañía, y que se erige como la ‘garganta profunda’ de esta crisis.

Presionar a políticos, lobbismo en instituciones públicas, estrategias de relaciones públicas, alentar las disputas entre comunidades, puertas giratorias, ‘tormentas de mierda’, espionaje, crear estudios académicos para explicar los beneficios de su modelo, alentar la violencia y ¿por qué no? alentar la tensión social y la violencia.

Economía de plataformas

La llamanda economía de plataformas, en el siglo XXI, añade más demonios en las estrategias de relaciones públicas. España tiene el mayor volumen de personas que trabajan a través de plataformas digitales en Europa. Alrededor del 2,6% de la población activa depende del trabajo en plataformas digitales como principal forma de empleo. Sin embargo, al ampliar el enfoque para incluir a todos los que participan esporádicamente en el trabajo de plataforma, la cifra aumenta hasta el 18%, según el informe publicado por Digital Future Society (DFS). Sectores como el transporte, la distribución de alimentos o el alojamiento están en el punto de mirar por las condiciones laborales, sus estrategias de presión y competencia desleal.

Presionar a políticos, lobbismo en instituciones públicas, estrategias de relaciones públicas, puertas giratorias, alentar las disputas entre comunidades, espionaje, crear estudios académicos para explicar los beneficios de su modelo y alentar la tensión social y la violencia

Movimientos ciudadanos

Airbnb lleva años organizando y financiando un ejército de lobbies para influir en las legislaciones de las diferentes ciudades en donde centra su negocio, según el informe ‘The Airbnb movement for desregulation’ (el ‘movimiento’ de Airbnb por la desregulación), publicado a finales de marzo de 2021 por la Universidad de Manchester y escrito por el sociólogo Luke Yates.

Home Sharing Clubs

Así se denominan estos grupos de anfitriones (más de 400 en todo el mundo), aparentemente ‘independientes’ en la plataforma, para presionar a los legisladores y ayudarlo a defenderse de las amenazas a su modelo de negocios por una regulación más estricta, como explica el Financial Times.

Airbnb dice que los clubes existen para ayudar a los propietarios a «construir nuevas relaciones» con otros anfitriones y para «discutir problemas en sus comunidades y ayudarse mutuamente a encontrar más información sobre las reglas locales».

Pero la competencia es dura también en el sector de la comida a domicilio. Este año, Uber Eats ya no se esconde y carga contra Glovo, la mayor plataforma delivery de España. Tampoco es una sorpresa. Con dos modelos antagónicos, las compañías delivery tenían mucho que decirse. En una carta de la directora General de Uber Eats en el país, Courtney Tims, a la vicepresidenta y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, en relación a la Ley Rider aprobada hace unos meses. Uber Eats apuntaba a «las desigualdades a las que se enfrentan los diferentes players del sector en función de si cumplen con la normativa aplicada a los repartidores». Según Hipertextual, «para Uber Eats está claro: Glovo no cumple con la Ley Rider y eso les hace perder posiciones en el mercado«.

Sobre las estrategias de ‘relaciones públicas’ de Facebook…

Por su pate, la Big Tech, no se quedan atrás en cuanto a la forma de abordar determinados conflictos. Facebook lanzó una campaña de desinformación contra sus críticos tras el escándalo de Cambridge Analytica. La autora de la maniobra fue Sheryl Sandberg, jefa de Operaciones de Facebook, que recientemente ha abandonado la compañía.

Como detalló una amplia investigación del New York Times, esta estrategia incluyó la ocultación de información sobre la actuación de empresas rusas vinculadas a Donald Trump descubierta por su propio jefe de seguridad (que acabó fuera de la compañía), masificar su lobby en Washington, e incluso expandir noticias falsas sobre las voces críticas con Facebook. Según la información del Times, firmada por cinco periodistas y para la que han entrevistado a más de 50 fuentes, Sandberg contrató a una agencia de relaciones públicas para que difundiera estos bulos.

Crisis por la falta de diversidad cultural

Otro compañía tecnológica. En este caso, Basecamp tuvo que lidiar con una crisis reputacional después de una mala comunicación, tal y como explicamos en la newsletter #ComunicaciónQueImporta, número 23.

Para quien no conozca Basecamp podríamos decir que Basecamp es una herramienta colaborativa para la gestión de proyectos y el trabajo en equipo. A mediados de mayo de 2021 se hizo famosa ya que empresa dirigida por Jason Fried tuvo un problema grave de reputación. Se anunció que la compañía prohibía a sus empleados “hablar de temas políticos y sociales”. “Es una gran distracción, agota y nos redirige a lugares oscuros”, anunció Fried en su blog.

Basecamp, compañía dirigida por Jason Fried, vio en 2021 como un tercio de la empresa abandonaba el barco

Pero lo cierto es que la decisión se había tomado después que se filtrara un documento interno en el que se ponían motes despectivos a diferentes clientes de origen asiático y africano. Así lo explicó el periodista Casey Newton en un artículo en su medio ‘Platformer’. ¿Qué ha pasado realmente en Basecamp?, se preguntaba Newton en un artículo en el que explicaba que los trabajadores se estaban cuestionando la política de la empresa en términos de diversidad cultural y promoción interna. Más de veinte personas han renunciado y la crisis interna se ha agravado. Fried ha tenido que pedir disculpas por la gestión de los temas vinculados a la diversidad, equidad e inclusión social.

Si quieres entender cómo se debe gestionar una crisis de comunicación interna, el segundo artículo de Casey Newton (‘How Basecamp blew up’) cuenta las claves del caso Basecamp, que debería estar en todos los manuales de comunicación corporativa.


Tags:
Miquel Pellicer

Periodista y antropólogo. Nacido el año en que murió Elvis. Educado en los medios de comunicación locales, es autor del blog MiquelPellicer.com. Actualmente, director de Estrategia Digital en la Universitat Oberta de Catalunya (UOC). Anteriormente, director de Innovación de Interprofit; director de Estrategia y Comunicación en Grupo Lavinia. Otras palabras clave de su currículum: FC Barcelona, Mundo Deportivo, Ayuntamiento de Barcelona, Enderrock, Transversal Web. Galardonado en los Premios Blocs Catalunya 2010 y miembro fundador del BCN MediaLab. Autor de los libros 'Optimismo para periodistas' y 'La Comunicación en la era Trump'.

  • 1

Deja un comentario

Your email address will not be published. Required fields are marked *