El valor antropológico y fotográfico de las tribus Nuba de Leni Riefenstahl

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Editor’s Choice #43

El reportaje fotográfico de Leni Riefenstahl sobre la etnia Nuba de Sudán, que entre 1962 y 1977 obtuvo un permiso especial del gobierno sudanés para convivir con las tribus en los remotos valles del Sudán central, está adquiriendo importancia dado que la circunstancia de que a través del avance de la civilización, la forma de vida de los Nuba se aproxima a su fin irreversible, las imágenes representan un estudio antropológico, etnológico y fotográfico-documental único. Los Nuba son un conjunto de grupos étnicos que habitan en Kordofán. El pueblo nuba agrupa a más de veinte grupos étnicos diferentes que se localizan en la cadena montañosa de Nuba. Se llaman a sí mismos la ‘gente de las colinas’. Desde el estallido de la guerra civil en 1983 se redujo la población nuba en la provincia de Kordofán entre 8.000 y 10.000 personas.

Guerreros Nuba pintándose con cenizas para las luchas tradicionales

 

El trabajo fotógrafico de Leni Riefenstahl se divide entre los Nuba y los Nuba de Kau (donde pasó dieciséis semanas conviviendo con la tribu). De los Nuba retrató la tradición de pintarse con cenizas para practicar una especie de lucha. Bajo la práctica del deporte subyace un pensamiento importante para los Nuba: si los jóvenes son fuertes, toda la comunidad lo será. Así, la lucha, contiene un sentimiento religioso, exteriorizado en los cuerpos cubiertos de ceniza sagrada de los luchadores. Esta ceniza representa la resistencia, la virilidad, incluso la eternidad, y se considera que un nuba cubierto de ceniza adquiere un carácter sagrado. Otro de sus usos es frotarla por todo el cuerpo para ritos ceremoniales tales como evitar las tormentas de viento (habub) que a veces azotan los poblados.

De los Nuba de Kau destacan su carácter salvaje y apasionado. Aunque viven sólo a doscientos kilómetros de la paz y apacible de los Nuba, hablan un idioma diferente, tienen diferentes costumbres y tradiciones. Sus máscaras, peleas de cuchillo y bailes de amor les imprimen un caráctec étnico único en la región.

 

Danza que practican las mujeres para encontrar marido en la etnia Nuba de Kau

En esta sección siempre hemos estado interesados por los trabajos fotoperiodísticos que muestran la vida de una comunidad social, una tribu o un grupo étnico. En el Editor’s Choice #34 destacábamos la presentación del libro de fotografías hechas por el etnólogo alemán Max Schmidt (1874-1950) titulado ‘Hijos de la Selva’ de la editorial Perceval Press del actor Viggo Mortensen. Schmitdt abandonó definitivamente Alemania en 1929 por el auge del nazismo instalándose en Paraguay y realizando dos viajes de estudio: una expedición arqueológica en 1931 y una misión etnográfica en 1935. Al finalizar la Guerra del Chaco, armado con su cámara fotográfica, retrató las diferentes tribus que fueron desplazadas por la invasión boliviana.

«Fue una época de dificultades casi insoportables y esfuerzo físico para aclimatarme a las altas temperaturas. Sin el impulso profundamente arraigado en mí para perseguir las inusuales y bellas fotografías, estas imágenes nunca se habrían hecho»

Helene Bertha Amalie Riefenstahl (1902-2003), conocida como Leni Riefenstahl, ha pasado a la historia como la cineasta del régimen nazi que ensalzó la supremacia de la raza aria en los convulsos años del auge del nazismo. Como cuenta Steven Bach,  jefe de producción de United Artists, en ‘Leni-Vida y obra de Leni Riefenstahl’, su relación con Hitler, Goebbels y Himmler hizo correr ríos de tinta durante toda su vida. Riefenstahl no se cansó nunca de negar que hubiese tenido ninguna relación de amistad o sexual con ningún dirigente nazi y «durante casi 60 años, trató de negar o ocultar su papel en el apoyo al nazismo. Estas negaciones y mentiras han hecho que sea difícil evaluar su relación con el Tercer Reich».

Bailarina de profesión, una lesión de rodilla le obligó a retirarse de la danza clásica, y la leyenda dice que fue en la consulta del médico dónde descubrió un poster de una película cuando decidió ser actriz. Empezó su carrera cinematográfica  pasándose a la dirección en 1932 con ‘Das Blaue Licht‘, premiada en el Festival de Venecia. Después de asistir a un míting del partido nazi, se ofreció para colaborar y en 1933 el Ministerio de Propaganda Nazi le encarga filmar la concentración del partido en Nuremberg. En 1936, Hitler le pidió expresamente que filmase los Juegos Olímpicos de Berlín. Suponen cuatro horas de duración pero la visualización de la película Olympia (Parte I Festival de las Naciones y Parte II Festival de la belleza, 1938) marcan un hito en la historia del cine: sus planos generales y detalles de movimiento, su post-producción y formas de filmación no se habían utilizado hasta entonces. Durante la Segunda Guerra Mundial siguió trabajando para el Ministerio de Propaganda y acabada la guerra se la acusó de simpatizante del partido nazi, cosa que le provocó un colapso mental en 1948 y fue ingresada en un sanatorio. Steven Bach destaca que, aunque Riefenstahl decía que solamente trabajaba para ellos y que pudo disfrutar de todos los avances técnicos y logísticos para realizar sus filmes, es cierto que hasta su muerte cobró del gobierno alemán ingresos por las películas realizadas durante la época nazi. «Un artista nunca puede ser apolítico o existir fuera del entorno político en el que vive» explica Bach.

Después de presentar el libro sobre los Nuba con las fotos de los cuerpos esculturales de los guerreros, hubo quien la acusó de seguir retratando la supremacía de una raza por encima de otra. Leni ya estaba muy cansada de que se le persiguiese toda su vida por haber trabajado para los nazis. Murió a los 101 años a orillas del Danubio en la barcaza vivienda «Starnberger See» en paz consigo misma.

Todas las imágenes son Copyright de Leni Riefenstahl Produktion.

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