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Entrevistas

Idoia Sota: «Acuerdo es la respuesta a una inquietud generacional»


Idoia Sota, CEO y Editora de Acuerdo, un nuevo medio de comunicación que pretende unir periodismo y tecnología para explicar buenas historias 

Hace 10 años que merodeo por las redacciones. He escrito de todo menos de jardinería. Espera… He participado en el lanzamiento de OKS Salud (Unidad Editorial), La Otra Crónica (El Mundo) y, aunque con dos meses de retraso también de S Moda (El País). Pero lo que de verdad me pone la piel de gallina y me hace trabajar incansable es el periodismo de investigación. En Crónica (El Mundo) publiqué una serie sobre los Legionarios de Cristo. Me dieron el Premio Larra por enfadarlos mucho y hasta la entrevista que hice a la amante de su fundador (Marcial Maciel) salió con la firma de otro tipo en El País. Después de recibir algunas lecciones sobre las secciones con más demanda de mujeres jóvenes periodistas en la prensa tradicional me lancé a hacer algo propio que satisficiera mis inquietudes profesionales y se correspondiera con mi edad, energía y ganas.

Idoia Sota en la redacción de Acuerdo / FOTO: ACUERDO

Idoia Sota en la redacción de Acuerdo / FOTO: ACUERDO

En noviembre aparecerá . ¿Cómo surge este proyecto?
Acuerdo es la respuesta a una inquietud generacional. Los periodistas de mi quinta llevábamos mucho tiempo hablando en las redacciones de la necesidad de afrontar el futuro del periodismo con propuestas valientes, verdaderamente innovadoras y no parches que solucionen la cuenta de resultados para sostener salarios de otras épocas. Hacía muchos años que hacer lo de siempre, por muy bien que se hiciera, no era suficiente.
La aventura de Acuerdo comenzó hace un año, en octubre de 2012, cuando por un lado Pedro y Maruxa comenzaron a reunirse en el bar El Fin del Mundo, en Lavapiés (Madrid) para repensar el periodismo y proponer algo nuevo y, por otro, yo decidí dejar mi trabajo para arrancar un nuevo medio. Como nosotros tiene haber muchos más. Pero tuvimos la suerte de que nuestros caminos se cruzaran al poco tiempo cuando ambos grupos nos dimos cuenta de que necesitábamos un desarrollador web y ambos pensamos en la misma persona.

Las bases de nuestros proyectos eran las mismas y no dudamos en unir fuerzas. En estos meses hemos recibido el apoyo moral de muchos profesionales reconocidos que nos han dado el aliento para empezar cada día con la misma fuerza.

Usáis la dirección pissedoffreaders.com: (Lectores cabreados). ¿Por qué deben estar cabreados los lectores con los periodistas y los medios de comunicación?
Los lectores deberían estar cabreados, y de hecho muchos lo están, porque hace tiempo que los medios los tratan como seres maleables y sin criterio. Ofreciendo informaciones sin contrastar como verdades irrefutables, opinión como noticia de última hora, dándoles la razón para que los sigan comprando, vendiendo filtraciones como periodismo de investigación, y llenando sus portadas web de noticias de quinta categoría como el estado de salud de la fábrica de los famosos.

Los medios tradicionales pretenden cobrar por esos contenidos y los lectores, que saben perfectamente distinguir entre lo que tiene calidad y lo que no, han dejado de confiar en los periodistas. Y esta es una situación muy injusta porque hay muy buenos periodistas en los medios tradicionales.

Pero muchos de ellos se encuentran sobrepasados por la carga de trabajo y el poco tiempo para ejecutarla. Los grandes medios se han convertido en productoras de rellenos: hay que llenar la web y el papel de contenidos para que entre la publicidad. Y la calidad se ha resentido. 

¿En qué momento se torcieron las cosas?
Durante algo más que la primera mitad del siglo XX los medios estaban a la cabeza de la innovación tecnológica en comunicaciones: el envío de fotografías desde un barco en el Atlántico en 1929 (Leer artículo ‘Periodismo retrofuturista’), las primeras radios comerciales, los primeros directos de radio y televisión, la aplicación del satélite a las retransmisiones, los sistemas de impresión y distribución de noticias, las cámaras fotográficas…

Pero a partir de los años 80, cuando los primeros ordenadores entraron en las redacciones, la innovación comenzó a ser cosa de los ingenieros de telecomunicaciones y los desarrolladores web que nunca fueron incorporados a las redacciones.

Ahora Google con sus sistemas de rastreo y aglutinamiento de información y las herramientas de almacenamiento en la nube y de trabajo en remoto; Amazon con sus algoritmos para detectar los gustos de sus usuarios, Facebook y Twitter con su capacidad para llegar al último rincón del mundo de forma inmediata y de mantener a la gente conectada e informada, YouTube con sus millones de vídeos con toda clase de documentales, noticias y mejores momentos… no solo han dejado muy atrás a los medios de comunicación en cuanto a innovación tecnológica, les han ‘robado’ el terreno y compiten con los medios en atención. Ese terreno ya no es posible recuperarlo, pero al menos lo que podrían hacer los medios es aprovechar esas herramientas en lugar de tratar de competir con ellas para hacer lo que mejor saben: periodismo. En su lugar, mientras dentro de las redacciones se sigue viviendo en el siglo pasado, se querellan, patalean, acusan… Este es otro motivo para que los lectores estén cabreados.

La intención es “volver a lo básico”. ¿Qué es lo básico?
Lo básico para nosotros es la función del periodismo: transmitir información importante para que los ciudadanos puedan tomar decisiones informadas, para que mejore la economía, la política y la sociedad. Esa información importante a veces pasa por saber qué le pasa al vecino y poder poner, que se dice, tus barbas a remojar; otras, por ser consciente de las consecuencias que tus acciones pueden tener en la otra punta del mundo, una relación cada vez más directa en un mundo globalizado; otras, por conocer los verdaderos intereses de un determinado sector de la economía o estar al tanto de los avances tecnológicos y científicos que pueden afectar a tu calidad de vida; y otras, por conocer las tripas y el funcionamiento de organismos públicos y privados para poder afrontar ciertos trámites de una forma más segura.

Eso es lo básico: no, por ejemplo, que Belén Esteban reconozca sus adicciones, o que un actor catalán llame al boicot de Carmen Machi (te pego el ejemplo de las noticias más leídas de un día en un diario nacional).

Esto se aplica por igual a la política: todos nos quejamos de lo insustancial que es el discurso político, pero todos lo seguimos reproduciendo en los medios.

Tecnología por encima de la ideología. ¿Cómo se aplica esta prioridad?
La tecnología se puede aplicar a dos fases fundamentales del proceso de creación de una historia periodística: Al de la extracción de información (en Internet, en bases de datos…), su análisis y tratamiento riguroso. Los datos también pueden usarse para manipular, y en España, lamentablemente lo vemos mucho, pero cuando se afrontan sin un titular previo al que ser fiel, sin una opinión que sustentar, se está más cerca de un periodismo sin ideología. Por otro lado, las herramientas digitales aplicadas a la narrativa permiten exponer las historias con mayor anchura y libertad.

El periodista no tiene el límite de un espacio en una maqueta o de tiempo en un programa de radio o televisión que le obliga a elegir unas informaciones y desechar otras. Además, la información adquiere mayor contexto –geográfico, temporal, social– al ser introducida en mapas que permiten navegar por las diferentes realidades de un país o una ciudad, por ejemplo. Esta forma de exponer la información es, desde nuestro punto de vista, mucho más neutral. Es el lector el que elige qué le interesa más. Y si a esto se le añade transparencia: el periodista expone cuál ha sido su camino en la investigación, por qué hay detalles que no han desarrollado, cuándo se ha encontrado frente a un muro, se le ha cerrado un puerta y cómo ha buscado otra para abrir. Por qué ha desechado una fuente (era interesada, no tenía información de calidad…).

¿El concepto ‘the Tablet first’ que queréis aplicar es una forma de potenciar una brecha digital, perdiendo lectores de alguna generación?
‘Tablet first’ no quiere decir solo tablet. Pero tenemos un público objetivo claro, que es transnacional y que reproduce sus patrones de conducta, sus intereses, sus inquietudes, lo que leen, las series que ven, etcétera, en cualquier país occidental. Son los miembros de una generación que han vivido el ‘low cost’ –para bien y para mal–, que han viajado, que han recibido una mejor formación académica, que hablan idiomas, ven series americanas, aprovechan la tecnología para su día a día…

La tableta tiene sus bondades y sería una estupidez desaprovecharlas. En el fondo la tableta es muy primaria: el placer de usarla pasa por el uso de las manos, como en el de comer una hamburguesa.

¿Qué perfiles tenéis en la redacción?
Ningún perfil determinado. Si tenemos algo en común –aparte de la edad, todos rondamos los 30– es que nos gustan las cosas bien hechas y los proyectos originales y a los que vemos futuro. Por lo demás, los periodistas tenemos trayectorias dispares entre la cultura el freelancismo desde Londres o la investigación con bases de datos. Los diseñadores, Camilo y Chavis, no han pasado previamente por ningún medio de comunicación, sino que han hecho proyectos de marca, mucho diseño digital e infografías. El desarrollador, Facundo (Fa), ha trabajado siempre con proyectos donde el concepto y la historia son importantes, pero siempre desde un punto de vista más publicitario. La gente de audiovisual, Borja y Raquel, vienen del mundo del cine y siempre han estado muy interesados por la narrativa audiovisual en Internet.

Luego está el equipo de colaboradores, que para nosotros es una pata fundamental, porque es el que nos va a dar variedad y profundidad en los temas y nos hará llegar a los rincones donde nosotros no podemos.

Todos ellos son o firmas reconocidas a nivel internacional o jóvenes talentos que merece la pena descubrir. Y trabajan en disciplinas muy diferentes: desde reporteros o fotoperiodistas, hasta artistas, diseñadores, infografistas o animadores 3D.

De momento, cuenta atrás con streaming de vuestra redacción. ¿Qué tipo de redacción váis a tener a partir de noviembre?
Lo que ocurra a partir de noviembre va a depender en gran parte del resultado de la campaña de crowdfunding y de las simpatías que nos hayamos ganado hasta entonces. La redacción actual es provisional. Después, tendremos que valorar si seguir aquí durante un tiempo o si mudarnos a un pequeño local. En cualquier caso, seguro que trabajaremos más algo más relajados –que no menos–, porque aunque nos hayamos acostumbrado a la cámara, lo cierto es que ejerce cierta presión.

Habláis de cuentas abiertas al usuario: ‘tú pagas y nosotros te mostramos cómo nos lo gastamos’. ¿Qué esperáis de vuestros lectores?
Nos gustaría que reconocieran el trabajo que hay detrás de un buen reportaje.

Cada una de nuestras historias nos cuesta una media de 7.000 euros, sin contar los gastos fijos de la empresa.

Para un lector, la relación calidad precio es muy ajustada y creemos que cada vez están más dispuestos a pagar cuando lo que se les ofrece es bueno. Es una forma de mostrar que los medios no ganan tanta pasta como se cree (al menos no todos), que ese trabajo periodístico que ellos buscan porque les resulta importante o interesante tiene una inversión de tiempo y dinero detrás, que si esos periodistas no cobran no volverán a encontrar su trabajo ni gratis ni de pago, que el precio de un reportaje no es tan alto para lo que les proporciona y que hemos abierto un canal de comunicación sincera y juego limpio. Sin demagogia: esto cuesta dinero, tú lo pagas, si no lo haces no te ayudas y es un desprecio a nuestro trabajo –que tanto te gusta para descargarte–; y nosotros trabajamos para ti, no te ocultamos lo que hacemos porque es el modo de ganarnos la confianza mutua.

Se acabaron los tiempos en los que los periodistas se encuentran en un pedestal de autoridad moral, desde el que puede no rendir cuentas de su trabajo a su audiencia.

Así como contaremos el proceso que sigue cada reportaje, también contaremos cómo nos gastamos en dinero dentro de Acuerdo. La transparencia introduce un concepto de responsabilidad mucho más puro: el de ser responsable de los propios actos por las consecuencias reales que estos tienen y no por el hecho de que impliquen una carga punitiva.

Estamos viendo la aparición de nuevos medios como Jot Down, Infolibre, Mongolia o Acuerdo. ¿Qué tenéis de similar? 

Creo que lo que tenemos en común es la voluntad de hacer algo diferentes, algo que nos gusta a quienes lo hacemos y demostrar que las cosas bien hechos sí tienen cabida. Hemos escuchado demasiadas veces aquello de “esto es lo que vende”. Creo que los formatos, las temáticas, el estilo de redacción o el modelo económico que cada uno elija no cambian esa realidad. Es bueno que nos vaya bien a cuantos más mejor y es bueno que cada uno encuentre su nicho. Todos suplimos de alguna forma carencias de la prensa tradicional.

Acuerdo sale en circulación en unas semanas…
Ahora mismo estamos terminando los tres primeros reportajes, empezando los siguientes y terminando el diseño y desarrollo de la web. Además de una infinidad de tareas anexas que uno nunca imaginaría y que toca ejecutar con el mismo impulso que las meramente periodísticas.

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Miquel Pellicer

Periodista y antropólogo. Nacido el año en que murió Elvis. Educado en los medios de comunicación locales, es autor del blog MiquelPellicer.com. Actualmente, director de Comunicación Digital en la Universitat Oberta de Catalunya (UOC). Anteriormente, director de Innovación de Interprofit; director de Estrategia y Comunicación en Grupo Lavinia. Otras palabras clave de su currículum: FC Barcelona, Mundo Deportivo, Ayuntamiento de Barcelona, Enderrock, Transversal Web. Galardonado en los Premios Blocs Catalunya 2010 y miembro fundador del BCN MediaLab. Autor de los libros 'Optimismo para periodistas' y 'La Comunicación en la era Trump'.

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