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Modelos de negocio de los medios en la era Trump

Donald J. Trump on Tuesday with Arthur Sulzberger Jr., the publisher of The New York Times

La polémica presidencia estadounidense conlleva un periodo de crecimiento de las suscripciones a los grandes medios a nivel global sin ser un modelo sostenible a largo tiempo

Cada vez que la consejera Kellyanne Conway habla suben las suscripciones de los medios estadounidenses. «Los hechos alternativos» a los que se refieren de forma recurrente Conway o el propio secretario de prensa de la Casa Blanca, Sean Spicer, están dando de nuevo a los muros de pago de mucho medios.

La maquinaria propagandística de Donald Trump se ha convertido en un revulsivo para los medios de Estados Unidos, a la vez que globales. ProPublica está contratando periodistas para cubrir al presidente. Durante este año planea incorporar entre 15 y 25 profesionales para su redacciones de Nueva York e Illinois. En 2015, ProPublica obtuvo 450.000 dólares mediante pequeñas donaciones (contribuciones de menos de 10.000). En 2016, esa cantidad alcanzó los  2,9 millones. Durante lo que va de año supera ya los 600.000 dólares.

Por su parte, PolitiFact, formado por el equipo de verificación de datos de Tampa Bay Times, ha conseguido recaudar nada más y nada menos que ¡105.000 dólares en 20 días!

El analista y consultor de medios Ken Doctor dice que Donald Trump «puede ser la mayor oportunidad de la industria de las noticias para construir un modelo sostenible». En un reciente artículo en NiemanLab, Doctor considera que ya no es sólo que haya una oportunidad de consolidar el periodismo de investigación para controlar al nuevo gobierno estadounidense. También hay oportunidad de construir una relación fiable entre los medios y los lectores.

Datos a tener en cuenta

Más de 200.000 nuevos suscriptores en el New York Times tras la victoria del Mogul dorado. En el caso de The Wall Street Journal, el volumen de suscriptores ha aumentado hasta en un 300% desde el día de los comicios. El USA Today ha aumentado el volumen publicitario y Vanity Fair ha aumentado lectores tras las críticas del entonces candidato republicano.

Martin Baron, director del Washington Post, reconocía recientemente durante su visita a España que «queremos informar sobre la presidencia de Trump de la misma manera que informaríamos sobre cualquier otra presidencia. Queremos cubrirla de manera honesta, honrosa y directa. Queremos decir la verdad. Nos gustaría tener una relación normal con este Gobierno. De momento parece difícil». El Post es otro de los periódicos que está reforzando su equipo.

Baron admite que «desde que Trump fue elegido hay muchas personas que sienten que el periodismo es especialmente importante ahora en EEUU y entiende que para garantizar eso hay que meterse la mano en el bolsillo y apoyarnos».

Por su parte, el director del New York Times anunciaba a principios de año que el periódico de la Gran Manzana iba a asignar cinco millones de dólares más a la cobertura de la administración Trump. «Nuestros lectores quieren que cavemos profundamente en la historia de la llegada de Trump a Washington», reconocía Baquet. El Times quiere tener el «poder y la fortaleza» para cubrir todos los aspectos de este cambio histórico de poder en el país».

Pero los «hechos alternativos» o las noticias falsas no corren sólo del bando de la ‘Alt-Right’. Los movimientos ciudadanos anti-Trump también están viralizando contenidos falsos en las redes sociales. La supuesta manipulación de las fotografías de la Casa Blanca para agrandar las fotos del presidente o un rifirrafe de Trump contra el primer ministro canadiense Justin Trudeau se cuelan en nuestros timelines y se comparten cientos de miles de veces en las redes sociales.

Así es fácil de Trump es sinónimo de polémica y de mayores ingresos. Cada estruendo del presidente contra los medios significa más cash. La pregunta es, ¿hasta cuándo?  Es una buena época para los grandes medios nacionales pero no para los medios locales que siguen desintegrándose. Hace unos años todos se refugiaron en los paywalls. Ahora el muro de pago se llama Donald Trump; es decir, un modelo que puede servir para algunas de las cabeceras más importantes, pero no para la mayoría.

La desconfianza en los medios de comunicación en general del americano medio quizás vaya en paralelo al excesivo peso que tienen las cabeceras de las costas Este y Oeste. Quede como dato que uno de cada cinco puestos de trabajo de medios de comunicación se encuentran en Nueva York, Washington, DC, o Los Ángeles en 2014, frente a una de cada ocho, diez años antes, según datos del Bureau of Labour Statistics. Recordemos cómo se compone el mapa de las últimas elecciones estadounidenses y encontraremos más paralelismos.

Suscripciones líquidas

Si los modelos de negocio de los medios de comunicación pasan sólo por incremntar la cobertura presidencial eso se resume en: Trump es pan para hoy y hambre para mañana. Habrá que seguir probando nuevas fórmulas para crear nuevos modelos de negocio para las empresas de comunicación.

La presidencia de Trump es un revulsivo no sólo para los estadounidenses sino para un mercado global que busca información de calidad. Pero de la misma forma que debe haber calidad en los contenidos y servicios, los sistemas de suscripción en los próximos tiempos deben ser lo más parecido a plataformas como Amazon o Netflix. Suscripciones flexibles para públicos con fidelidad variable. La suscripción no debe ser una militancia sino un opción abierta. En este sentido, ahí están las experiencias de Blendle o Readly, más parecido a lo que son iTunes o Spotify.

Por tanto, está en manos de los medios de comunicación y de los periodistas entender cuáles son las nuevas formas de relación que busca la audiencia en la era de Trump y las redes sociales. Veracidad frente a las noticias falsas pero también nuevas fórmulas para sostener un ecosistema de medios global con diferentes usos y consumos.

Hay que avanzar en modelos líquidos, platishers, contenidos de nicho, visones globales, curación de contenidos y medios enfocados en los servicios. Hay que tener en cuenta que habrá vida más allá de Donald Trump y sus exabruptos. Pasará el Mogul y el periodismo aún estará en pie.

Artículo publicado originalmente en bez.es


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Miquel Pellicer

Periodista y antropólogo. Nacido el año en que murió Elvis. Educado en los medios de comunicación locales, es autor del blog MiquelPellicer.com. Actualmente, director de Comunicación Digital en la Universitat Oberta de Catalunya (UOC). Anteriormente, director de Innovación de Interprofit; director de Estrategia y Comunicación en Grupo Lavinia. Otras palabras clave de su currículum: FC Barcelona, Mundo Deportivo, Ayuntamiento de Barcelona, Enderrock, Transversal Web. Galardonado en los Premios Blocs Catalunya 2010 y miembro fundador del BCN MediaLab. Autor de los libros 'Optimismo para periodistas' y 'La Comunicación en la era Trump'.

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