The Young Pope: Entre el Papa Francisco y Trump
Dice Saba Hamedy que «The Young Pope no es una serie para todos los públicos pero quizás eso es exactamente lo que le gusta» (Mashable). La serie, que ha llegado a Estados Unidos a través de HBO, interpretada por Jude Law y dirigida por Paolo Sorrentino es una vuelta de tuerca a la siempre interesante geopolítica vaticana. Law interpreta a Pío XIII (aka Lenny Belardo), un joven papa elegido en una curia octogenaria. The New York Times dice que es una serie «Hermosa y ridícula», que muestra los movimientos histriónicos de un personaje que es histriónico por definición y casi medieval en la concepción de la Iglesia y de Dios. Sorrentino pone ‘The Young Pope’ pone en una coctelera la revolución de Francisco, la involución de Donald Trump, la era de las redes sociales, de los medios de comunicación sensacionalistas y de la marca personal. Un espectáculo semiótico digno de Umberto Eco.
La crítica no se pone de acuerdo. ¿Es una mala comedia? Un buen drama? En The Guardian dicen que es «impresionante, reflexiva y visualmente llamativa». En la era del real time, Pío XIII se niega a mostrar su imagen. Se esconde tras las sombras de la plaza de San Pedro, se niega a difundir su imagen y se compara a sí mismo a Banksy , JD Salinger y Daft Punk, que inspiran le fascinación por ocultar sus rostros. Es joven, guapo y americano. Un tipo con una telegenia que podría representar una potente arma de marketing para el merchandising vaticano. Rehuye de medios de comunicación pero es a través de las sombras, de la intriga y de sus movimientos palaciegos que proyecta una nueva filosofía contrarrevolucionaria al Estado más pequeño (y uno de los más poderosos) del mundo.
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‘The Young Pope’ está a la altura de ‘The West Wing’ o ‘House of Cards’. Pero como dice José Santana, «A diferencia de Frank Underwood —que nos revela sus estrategias secretas dirigiéndose a nosotros, espectadores, en breves apartes—, Pío XIII no siente la necesidad de maquinar para ocultar la naturaleza egoísta y autocomplaciente de sus planes». Complicado decidir quién es más cabroncete: ¿Underwood o Belardo?
Paralelismos con Trump
Como sucede con Trump, a Pío XIII los medios de comunicación le importan un carajo. Aparecen a menudo tangencialmente con poder y amenaza sensacionalista contra alguien que no responde a las líneas comunicativas que se esperan de un pontífice del siglo XXI. Los medios son una máquina de fango al servicio del secretario de estado, Angelo Voiello, mediático, popular y fan del Napoli del ‘Pipita’ Higuaín (ahora juventino). Voiello es comparable a lo que en realidad fue Tarcisio Bertone, hasta la llegada del Papa Francisco. «Sus antiguos métodos sólo funcionan en los antiguos papas que tenían miedo de perder consenso», dice Bellardo a Voiello. El nuevo Papa es disruptor como Trump. Ambos odían la curia, la del Vaticano o la de Washington. Ambos rompen y rasgan los antiguos medios. Impredecibles en formas, más predecibles en el fondo.
Sorrentino sabe que se ha comparado su personaje papal con el próximo presidente de los Estados Unidos. Pone límites a dicha comparación: «El paralelismo entre [Lenny] y Trump es totalmente fortuito porque escribí este personaje del Papa hace mucho tiempo, cuando Barack Obama era el presidente. Sin embargo, las naciones importantes como los Estados Unidos y el Vaticano saben que ellos son importantes porque saben que permanecen fieles a sí mismos». » Francisco y Obama han llevado a sus países, sus estados en una nueva dirección y, probablemente, después de ellos habrá una tendencia opuesta», apunta el director italiano.
Hay quien dice que Sorrentino ha realizado una crítica feroz a la Iglesia y al catolicismo. Es sólo una lectura superficial. «También sugiere que la depuración es la única salida para una institución vendida a las apariencias y al merchandising. ¿Y si el misterio, y si dudar de Dios, es el comienzo de la nueva Iglesia?«, dice Víctor González.
‘The Young Pope’ es un buen ejercicio sobre la comunicación política de un estado anacrónico en el corazón de Roma pero que mueve más de 1.254 millones de católicos en todo el mundo. Es un buen ejercicio sobre la construccion de la marca personal a través de la ausencia de la imagen.
Y como no podía ser de otra forma, Sorrentino ha evolucionado su serie hacia un espectáculo viral. Las redes sociales se han puesto en alerta ante un producto con buenas críticas y comentarios sangrantes. Es el boca-oreja moderno en el imperio de los memes. De hecho, Mashable dice que la serie es «un gran meme».
i told myself i wouldn’t join in, but what the hell pic.twitter.com/3weotokQMn
— bobby finger (@bobbyfinger) January 5, 2017
Apunte final. El nuevo experimento de Sorrentino llega de la mano de HBO, Sky y Canal+, «tres operadoras enemigas hasta el momento y ahora reconvertidas en amigas circunstanciales», en un acontecimiento mediático europeo que ha puesto la atención de los medios estadounidenses.
Law, en definitiva, marca la personalidad de un Papa que se yuxtapone entre el Brexit y las elecciones estadounidenses de 2016. Lo políticamente correcto ya no se lleva.